Por orden del talibán: si eres presentadora de TV, tápate la cara, y si eres una mujer «traviesa», quédate en casa

El Grupo Moby, la compañía mediática más grande de Afganistán, se sorprendió al recibir en sus oficinas la copia de un comunicado previamente publicado por el Gobierno del talibán.

De ahora en adelante, todas las presentadoras de sexo femenino tendrían que cubrir del todo sus rostros, si querían salir en las pantallas nacionales.

Fue el ministerio de Vicio y Virtud, encargado de hacer cumplir las estrictas reglas del grupo extremista, quien difundió la nueva orden (en conjunto con el ministerio de Cultura e Información).

Es un mandato «final, y no-negociable», según compartió el Grupo Moby a través de su cuenta de Twitter. La compañía es dueña del canal televisivo Tolo y unos cuantos más, pero la nueva orden talibán se aplica a todos los medios afganos.

En declaraciones al periódico británico The Guardian, un empleado de otro medio local confirmó haber recibido las mismas instrucciones, y pidió el anonimato por miedo a sufrir represalias.

Su medio, explicó, no tendría más opción que asegurar que sus mujeres cubrían sus rostros para aparecer en directo.

Por ejemplo, la obligación de vestir el burka que las cubre enteras y tapa también sus ojos, y la prohibición de tomar parte en la vida pública y la educación.

Tras retomar el poder el pasado agosto, parecía que el grupo extremista había moderado sus restricciones, ya que no anunciaron un código de vestimenta para las mujeres.

Pero en las últimas semanas, sus imposiciones tomaron un giro, y confirmaron los peores temores de muchos activistas preocupados por los derechos humanos.

Mujeres borradas

Como acto de protesta, muchas presentadoras de noticias y periodistas afganas publicaron en las redes imágenes de si mismas con el rostro cubierto mientras presentaban sus programas.

Una de las periodistas principales de Tolo, Yalda Ali, subió un video en el que salía cubriendo su cara con una máscara. «Una mujer siendo borrada, por orden del ministerio de vicio y virtud», escribió junto a la grabación.

Otra estación, Shamshad TV, implementó la restricción con laxitud. Mientras que una de sus presentadoras apareció tapada, otra no lo hizo, y mostró su cara todo el día.

Mujeres traviesas

Lo del velo en televisión no es más que el último capitulo en la historia talibán de opresión a la mujer.

«Encerramos a las mujeres traviesas en casa», presumió, jocoso, el ministro del interior interino afgano Sirajuddin Haqqani, durante una entrevista con la CNN americana.

Se refería, según sus propias palabras, «a las mujeres traviesas controladas por otros bandos, que intentan poner en duda al actual Gobierno», explicó el afgano, mientras dejaba claro que, desde su perspectiva, una mujer siempre estará bajo el control de una u otra influencia.

En la misma entrevista, el miembro del talibán prometió que las niñas volverían a estudiar en los colegios «pronto».

Las jóvenes ya podían asistir a la escuela primaria, se defendió el líder político. «Por encima de esos cursos, estamos trabajando para crear un mecanismo que permita a las niñas estudiar en la escuela secundaria».

El «mecanismo» del que habló Haqqani estaba vinculado con los códigos de vestimenta. Explicó que, ante todo, la educación debía basarse en la «cultura» afgana y en los «principios y reglas islámicos».