Mélenchon ya se ve primer ministro

Las primeras proyecciones de la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas, que sitúan en cabeza a la coalición de izquierda radical Nueva Unión Popular Ecológica y Social, Nupes en sus siglas, han permitido a su líder Jean-Luc Mélenchon presentarse, en la práctica, como el futuro primer ministro de Francia, lo que obligaría a Emmanuel Macron a una cohabitación.

En su comparecencia ante los medios, Mélenchon, sin pararse en barras, se ha dirigido a los votantes, dejándoles entrever que «de aquí a diez días», una vez se haya celebrado la segunda vuelta y haya tomado posesión su hipotético gobierno, «los precios serán bloqueados, el salario mínimo será fijado en 1.500 euros mensuales, la jubilación [plena] a los sesenta años empezará a ser debatida y los 800.000 mil trabajadores contractuales de la función pública serán titularizados».

Un optimismo que choca con la realidad de unas proyecciones que, en ningún caso, otorgan una mayoría absoluta a la Nupes, aunque sí un grupo parlamentario de más de 200 diputados, muy lejos, en todo caso, de los 289 que le permitirían gobernar en solitario. Pero tiene garantizada, si las proyecciones no yerran, una importante minoría de bloqueo en la próxima legislatura.

Marine Le Pen, finalista de la elección presidencial de abril, no puede decir lo mismo: las proyecciones más optimistas otorgan a la Agrupación Nacional entre 15 y 30 escaños, lo suficiente para constituir un grupo parlamentario -no lo pudo lograr en la legislatura anterior-, pero muy lejos de la Nupes.

A título personal, tendrá que afrontar una segunda vuelta en su distrito de la provincia norteña de Pas de Calais: saca el 55% de los votos emitidos, pero no alcanza el umbral de los 25% de los votantes inscritos, que le hubiera permitido ganar su escaño hoy mismo.

Pero se lleva una pequeña satisfacción: su rival Eric Zemmour, líder de Reconquista, queda definitivamente eliminado en su distrito del Var, una de las dos provincias que configuran la Costa Azul. «Habrá que seguir luchando», ha declarado en el discurso en el que ha admitido su derrota.

Entre las personalidades que tampoco se han clasificado para la segunda vuelta destacan, en primer lugar, dos exministros, Jean-Michel Blanquer, ex titular de Educación, derrotado en un distrito de la provincia de Loiret (la provincia de Orleans), Emmanuelle Wargon, antigua ministra de Vivienda, que no ha superado el corte en un distrito cercano a París.

Como ambos llevan ya unas semanas fuera del Gobierno, no se les aplicará la regla, fijada por Macron, que fuerza a los ministros derrotados en las legislativas a dejar su cartera ministerial.

Una regla que sí podría afectar a Amélie De Montchalin, ministra de Transición Ecológica y Cohesión Territorial, cuya reelección parece comprometida en un distrito de Essonne, provincia sita al sur de París: está por detrás del candidato de la Nupes.

En cambio, cinco ministros se encuentran en una situación favorable de cara a la segunda vuelta el próximo domingo.

Empezando por la jefa del Gobierno, Elisabeth Borne, que dentro de una semana debería ser elegida, salvo sorpresa mayúscula, diputada por la por la provincia normanda de Calvados.

Otros cuatro ministros en ejercicio tienen grandes posibilidades de conservar su escaño el próximo domingo: Franck Riester (Comercio Exterior), Olivier Dussopt (Trabajo), Olivier Véran (Relaciones con el Parlamento) y, sobre todo Damien Abad (Solidaridad, Autonomía y Personas Minusválidas), implicado en un escándalo de acoso sexual.

Otras dos personalidades que no recuperarán su escaño son dos figuras emergentes de la derecha clásica: Julien Aubert y Guillaume Larrivé. Los votantes de Vaucluse (la provincia de Aviñón) y Yonne (Borgoña), les han indicado la dirección de la puerta.