«Rusia colapsará y se desintegrará por la guerra», afirma un historiador ruso
El historiador ruso, Alexander Etkind, prevé un proceso de desintegración territorial en Rusia por culpa de la invasión a Ucrania
La invasión de Rusia a Ucrania, y el modo en que se ha empantanado el Kremlin en el campo de batalla, plantea muchas preguntas sobre el futuro tanto de Ucrania como de la Federación Rusa una vez finalicen los combates.
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Sobre cómo saldrá Ucrania, se ha especulado mucho sobre si Kiev se verá obligado a ceder parte de su territorio a Rusia o si, por el contrario, logrará reconquistar el territorio ocupado tras un hipotético colapso del Ejército ruso.
Menos se ha especulado, sin embargo, sobre el futuro de Rusia como Estado. Se da por sentado que Moscú tiene la carta ganadora y que, pase lo que pase, Putin se saldrá con la suya y obtendrá, de un modo u otro, una gran victoria en Ucrania.
No es de la misma opinión el historiador ruso y profesor universitario del European University Institute de Florencia, Alexander Etkind.
En un artículo publicado en The Moscow Times, periódico editado en inglés por periodistas rusos opositores al Kremlin desde fuera de las fronteras rusas, Etkind se pregunta qué pasará con la Federación Rusa tras la guerra.
Su respuesta no invita al optimismo para los ciudadanos rusos, ya estén a favor o en contra de Putin: la desintegración política.
Etkind acusa de este destino al actual Gobierno ruso y a su obsesión con Ucrania que los ha llevado a una guerra de difícil salida.
El historiador señala que «el colapso ha sido temido y predicho durante mucho tiempo. Se podría haber frenado aprovechando la coyuntura económica favorable, apoyándose en un gobierno competente, un hábil juego diplomático o simplemente contando con la suerte».
En su artículo, explica que las dinámicas y estructuras actuales de la Federación Rusa responden a los modelos de los imperios coloniales de la Europa de los siglos XIX y XX.
En ese sentido, compara el futuro de la actual Federación Rusa con la desintegración del Imperio Austro-Húngaro tras la Primera Guerra Mundial, de los imperios coloniales europeos, como el británico o el francés, tras la Segunda Guerra Mundial, o de la Unión Soviética tras la Guerra Fría.
Recuerda que, después de la caída del bloque comunista, la Federación Rusa contaba con un contexto favorable.
Muchos, en occidente, «estaban agradecidos a la Federación por poner fin a la peligrosa y costosa Guerra Fría».
Otros temían que una desintegración de Rusia condujera a una nueva guerra. De un modo u otro, la comunidad internacional favoreció la integridad territorial rusa en el escenario post soviético.
Por ello, Etkind asegura que «el colapso que amenaza a la Federación no ocurrirá por culpa de pueblos o gobiernos extranjeros, sino contra su voluntad».
En ese sentido, apunta a que la guerra entre Rusia y Ucrania es lo peor que podría haber sucedido para aquellos que quieren mantener la unidad de la Federación Rusa.
Alexander Etkind va más allá y afirma que «la Rusia contemporánea se autodenomina federación, como Alemania o Suiza, pero, en realidad, se comporta como un imperio en decadencia».
Para el profesor universitario, la desintegración de Rusia no es una opción, es un hecho inevitable, aunque se podría haber evitado. «Habría bastado con que no se empezara la guerra en Ucrania. El revanchismo ha sido más fuerte que la cautela».
«El colapso de esta federación, una comunidad compleja, artificial, altamente desigual y cada vez más improductiva, se producirá por culpa de sus líderes en Moscú, y solo por ellos», «por culpa de aquellos que comenzaron esta guerra», aseguró.
¿En cuántas partes se dividirá Rusia?
Sobre en cuántas partes se dividirá el territorio de la Federación Rusa y qué fronteras tendrán, el profesor Etkind es cauto y afirma que ello dependerá de la voluntad de la población local.
En cambio, sí que apunta a que los sistemas resultantes del colapso territorial ruso serán unos democráticos y otros autoritarios.
Apunta también a nuevas guerras provocadas por las tensiones étnicas, culturales y religiosas en los nuevos Estados post rusos y a un aumento de las desigualdades entre sus habitantes.
Por último, presagia la celebración de una conferencia de paz una vez termine la guerra en Ucrania, similar a la celebrada tras la Primera Guerra Mundial, donde se deberá firmar un tratado euroasiático que ordene el espacio post ruso.
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En unas recientes declaraciones, el expresidente ruso, Dmitri Medvédev, uno de los más fanáticos partidarios de la guerra total contra Ucrania y Occidente, se preguntaba en su canal de Telegram: «¿Quién dice que Ucrania seguirá existiendo en los mapas dentro de dos años?».
La pregunta tal vez debería completarse con un «¿quién dice que Rusia seguirá existiendo en los mapas dentro de dos años?».