Estados Unidos no tiene miedo a Petro y le tiende la mano a nuevos acuerdos

Antony Blinken, a diferencia de los inversionistas, no tiene miedo a Gustavo Petro y se siente capaz de adaptarse a su inminente Presidencia.

Estados Unidos ha asumido que, si quiere mantener su influencia en Colombia y en la región, no tiene más remedio que sentarse en la misma mesa que el presidente electo.

El secretario de Estado, con expresiones mucho más diplomáticas, esto fue lo que le expresó al presidente electo de Colombia, ex guerrillero del M19 y ex alcalde Bogotá.

El jefe de la diplomacia estadounidense se comunicó con Petro, le felicitó por su triunfo y le manifestó su voluntad de cooperación para fortalecer las relaciones bilaterales.

Estados Unidos mantiene históricamente lazos estrechos con Washington.

Las Administraciones conservadores encontraron en el vecino del norte a su gran aliado. Quizás la que más supo aprovechar este vínculo fue la del ex presidente Alvaro Uribe que llevo adelante el Plan Colombia con su colaboración.

Colombia recibió más de 7.000 millones de dólares.

Uribe, caído en desgracia y demonizado en su país, fue el hombre que acorraló a movimientos guerrilleros como las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y el ELN (Ejército de Liberación Nacional).

Durante su gestión recuperó buena parte del control del territorio colombiano que estaba bajo dominio de la narco guerrilla terrorista y firmó un acuerdo de pacificación con los paramilitares.

Blinken, en la conversación que mantuvo con Gustavo Petro, insistió en que el cambio de Administración no debería afectar el estado de las relaciones y no modificará el «inalterable compromiso de Estados Unidos» con Colombia

En un comunicado oficial del Departamento de Estado, el cabeza de la Diplomacia estadounidense «subrayó que nuestros países comparten valores democráticos e instó a fortalecer los 200 años de amistad entre Estados Unidos y Colombia».

Según la nota de prensa, entre los temas que se abordaron en este primer contacto, se trato el cambio climático, la necesidad de mejorar las prestaciones de la salud pública y la oportunidad de ejecutar políticas «inclusivas» que ayuden a mejorar la economía de la población.

Apoyo a los acuerdos de paz

Un tema delicado en Colombia se incorporó a la agenda no escrita en la conversación telefónica: Washington apoya sin condiciones el proceso y los acuerdos de paz acordado durante el Gobierno de Juan Manuel Santos.

Aquel pacto con las FARC levantó ampollas en la mayoría de la sociedad que votó en contra en un referéndum que se convirtió en papel mojado y cuyo resultado no se respetó.

Por aquella política el ex presidente Santos recibió el Premio Nobel de la Paz. Los acuerdos de 2016 supusieron el fin (con matices) de 40 años de secuestros, asesinatos y narcotráfico de unas FARC militarizadas y armadas como un ejército profesional.

Combate al narcotráfico

A lo largo de la conversación, también abordaron los programas de lucha contra la droga y sus consecuencias. Según el comunicado de EE.UU. ambos interlocutores encontraron puntos de convergencia notables ya que Washington, «se alinea con la meta del presidente electo Petro de reducir la violencia en las zonas rurales» .

Joe Biden y el actual presidente en ejercicio, Iván Duque, han mantenido relaciones inmejorables. Prueba de ello es que Colombia ha sido declarado aliado estratégico de la OTAN.