Rusia planea separar a los niños ucranianos de sus familias e internarlos en escuelas militares
El Kremlin pretende reeducar a los menores ucranianos en valores nacionalistas rusos para garantizar su dominio sobre la Ucrania ocupada
Rusia ya no disimula sus intenciones anexionistas sobre Ucrania y ya debate cómo reeducar a la población ucraniana que no solo no alberga sentimientos nacionales rusos, sino que está profundamente resentida con Rusia por los bombardeos que han matado a sus familiares.
Andrey Kartapolov, presidente del Comité de Defensa del Parlamento ruso, se mostró partidario de separar a los menores ucranianos de sus familias e ingresarlos en escuelas militares de Rusia para adoctrinarlos en el nacionalismo ruso.
En una intervención en la televisión rusa, Kartapolov aseguró que los niños ucranianos han sido víctimas de un «lavado de cerebro» por parte de los «nazis ucranianos» y propone que el Estado ruso financie su reeducación en escuelas controladas por el ejército ruso.
En Ucrania «hay muchos problemas. Hay mucho que reconstruir. Pero el mayor problema es la gente, los niños», defendió.
«Si queremos quedarnos con esos territorios, que en el futuro formen parte de la Federación Rusa, no debemos dar prioridad a los adultos, aunque lo estén pasando mal. Debemos ocuparnos en primer lugar de los niños», añadió.
En ese sentido, propuso que las escuelas de cadetes «abran plazas adicionales para enviar a esos niños allí».
Kartapolov es partidario de que Moscú cubra todos los gastos de los menores ucranianos para su reeducación: «En este momento no pueden pagar nada».
«Debemos hacerlo para que la gente sepa que hablamos en serio, y que Rusia está allí (en Ucrania) para mucho tiempo, para siempre», concluyó.
La opinión de Kartapolov no solo no es anecdótica, sino que está muy extendida entre los funcionarios del Kremlin.
Los estrategas de Moscú saben que para controlar de forma efectiva los territorios ocupados en Ucrania, deberán someter a la población, algo que por el momento se está mostrando más complicado de lo pensado inicialmente.
La población ucraniana de los territorios ocupados no sólo está respondiendo al dominio ruso con actividades partisanas, sino también con actos de desobediencia civil.
Los decretos de las administraciones locales impuestas por Moscú, como la obligación de pagar en rublos en vez de en la moneda ucraniana, no están logrando imponerse al encontrarse con el rechazo generalizado de la población.
El Institute for the Study of War (ISW) destacaba en un reciente informe que las autoridades de ocupación no son capaces de construir una administración efectiva debido a que parte de la población ha huido y la que se ha quedado se niega a colaborar con los rusos.
También hay dificultades para encontrar médicos y maestros ucranianos dispuestos a someterse a la obediencia de las autoridades rusas.
Para paliar esa deficiencia, Moscú está trasladando profesores y médicos rusos a los territorios ucranianos.
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En el caso de las escuelas, hay dudas de que en las regiones ocupadas se puedan reiniciar las clases el próximo curso, ya que la mayoría de las familias se niega a enviar a sus hijos a colegios en los que se impartirá una educación rusa.