¿Está preparado EE.UU. para responder a una invasión de Taiwán?
Las maniobras militares de China en aguas de Taiwán en días pasados han disparado las especulaciones sobre un posible enfrentamiento directo entre ambas potencias
Una guerra con China por Taiwán está pasando a ser un escenario cercano y plausible.
La inquietante realidad es que Estados Unidos no parece estar preparado para un conflicto de este tipo, a pesar de su compromiso cada vez mayor, concretamente de la Administración Biden, con la isla de Formosa y su autonomía.
El almirante Phil Davidson, que fue comandante del Mando Indo-Pacífico de Estados Unidos (INDOPACOM), ya advirtió que China podría invadir con éxito Taiwán en 2027.
La evaluación de Davidson parece ser ahora la posición oficial de Washington. Pero se espera que esto se produzca mucho antes.
Como declaró en mayo la directora de Inteligencia Nacional, Avril Haines, existe una «amenaza aguda» de un ataque chino a Taiwán.
Pekín está decidido a apoderarse de Taiwán y está dispuesto a utilizar la acción militar para lograrlo
Al utilizar el término específico («amenaza aguda») empleado por los funcionarios de la Administración para describir la amenaza de Rusia en su invasión de Ucrania, Haines señaló sin duda un peligro a muy corto plazo.
Bill Burns, director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), declaró que Xi Jinping no había renunciado en absoluto a su objetivo de apoderarse de Taiwán.
Más recientemente, en julio, declaró que Pekín está decidido a apoderarse de Taiwán y está dispuesto a utilizar la acción militar para lograrlo.
El director de la CIA juzgó que Pekín concluiría, a partir de la experiencia de Rusia en Ucrania, que la fuerza abrumadora sería la forma correcta de resolver la cuestión de Taiwán a su favor.
Un peligro real
Los funcionarios del Departamento de Defensa también han subrayado que un hecho consumado chino contra Taiwán es un peligro real y acuciante.
Al mismo tiempo, en la misma percepción de los analistas norteamericanos existen serias dudas sobre si Estados Unidos puede estar realmente preparado para ganar una guerra contra China por Taiwán.
Un análisis que no solo viene del ámbito político sino del militar.
La Estrategia de Defensa Nacional 2022 de la Administración Biden mantuvo la identificación de China de su predecesor de 2018 como la principal prioridad del Departamento de Defensa.
El Pentágono ha designado formalmente a Taiwán como el foco de un «escenario posible» de conflicto y ha subrayado su compromiso de poder negar la capacidad de China para llevar a cabo con éxito un ataque de este tipo.
Altos funcionarios como Kathleen Hicks, subsecretaria de Defensa, y el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, han afirmado entretanto que una estrategia de prevención es la mejor manera de hacer frente a la amenaza que China supone para Taiwán.
Según esta estrategia, Washington debería comportarse como si Estados Unidos estuviese al borde de una gran guerra con una superpotencia rival con armas nucleares.
Pero, aunque la Administración esté dando pasos en esta dirección, los cambios que ha realizado hasta ahora parecen no estar a la altura de la urgencia y la magnitud de la amenaza que supone China.
Fuerzas nucleares
La verdad desconcertante es que Estados Unidos no parece estar respaldando su fuerte retórica, con un esfuerzo y concentración de fuerzas necesarios para estar preparados y derrotar un asalto chino a Taiwán.
La ventaja militar de Estados Unidos frente a China se ha erosionado significativamente
Sin embargo, la República Popular China se encuentra en medio de un proceso histórico de desarrollo militar, que incluye la espectacular expansión de sus fuerzas nucleares, rápidos avances en tecnologías militares críticas que superan, en aspectos clave, a la innovación estadounidense, y la construcción de la mayor armada del mundo.
En general, las evaluaciones oficiales y de expertos han dejado claro desde hace varios años que la ventaja militar de Estados Unidos frente a China se ha erosionado significativamente y que China continúa con su sobrecogedora acumulación.
El año pasado, por ejemplo, el Congreso norteamericano arremetió contra el Departamento de Defensa por tratar de utilizar fondos de la Iniciativa de Disuasión del Pacífico (PDI), un esfuerzo específicamente diseñado para satisfacer las necesidades urgentes de INDOPACOM y así mejorar la capacidad de Estados Unidos para defender a Taiwán, para financiar programas que ni siquiera estaban en la lista de necesidades y que de hecho se utilizarían en muchas regiones.
Aunque el Departamento hizo un mejor uso de la PDI este año, todavía dejó a INDOPACOM con 1.500 millones de dólares en necesidades no financiadas.
Para empeorar las cosas, el Departamento sigue adquiriendo armamento clave a niveles insuficientes para un conflicto en Taiwán, incluso cuando la guerra en Ucrania ha dejado claro lo esencial que sería esto.
Por ejemplo, la Armada estadounidense informó recientemente al Congreso de que las fuerzas aéreas y la marina habían optado por no producir misiles antibuque de largo alcance.
Del mismo modo, la armada optó por no financiar totalmente la adquisición de misiles SM-6 o minas navales, ambos críticos para derrotar a las fuerzas navales chinas en un escenario de invasión de Taiwán.
No sabemos a ciencia cierta si China atacará Taiwán en poco tiempo, pero es una presunción razonable.
Sin duda es mucho más probable que Pekín ataque si llega a la conclusión de que tendría éxito, y hay factores significativos que indican que puede juzgar que las circunstancias le son propicias.
Y esto nos debería preocupar, principalmente a los gobiernos occidentales.