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El ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu participa en el desfile del Día de la Victoria, que conmemora la victoria soviética en la IIGM, celebrado en Moscú, Rusia este lunes

El ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu en el desfile del Día de la Victoria celebrado en MoscúEFE

187 días de guerra en Ucrania

El ministro de defensa ruso cae en desgracia y los oficiales del Ejército lo ridiculizan

Informes de inteligencia británicos aseguran que Sergei Shoigu está marginado y que Vladimir Putin ya no cuenta con él

El todopoderoso ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, ha caído en desgracia. El errático desarrollo de la invasión rusa de Ucrania y la cada vez mayor pérdida de prestigio entre sus oficiales, ha hecho que el presidente Vladimir Putin haya dejado de confiar en él.

Según el informe de inteligencia difundido cada día por el ministerio de Defensa británico, Shoigu «está siendo marginado dentro del liderazgo ruso y los comandantes operativos informan directamente al presidente Putin sobre el curso de la guerra» puenteando al ministro.

El informe de inteligencia británico señala también que «los oficiales y soldados rusos con experiencia directa en la guerra ridiculizan de forma rutinaria a Shoigu por su ineficaz liderazgo y su desconocimiento de la realidad en un momento en que el avance ruso se ha estancado».

Asimismo, se afirma que «Shoigu lleva luchando desde hace mucho tiempo con su reputación de falta de experiencia militar real, ya que ha pasado la mayo parte de su carrera en el sector de la construcción y en el Ministerio de Situaciones de Emergencia».

Los rumores sobre la situación de Shoigu dentro del alto mando del Kremlin han sido constantes desde el inicio de la guerra.

Después de una excesiva presencia mediática durante los primeros días de la invasión, el ministro desapareció por completo durante semanas cuando se hizo evidente que el Ejército ruso había fracasado en su intento de conquistar Kiev y acabar la guerra en unas pocas semanas.

Los rumores se acallaron cuando el ministro reapareció en una reunión con Putin y cuando las purgas por los fracasos en el campo de batalla comenzaron a dirigirse contra generales rusos.

La conquista de Mariúpol y los avances rusos en la batalla del Donbás durante los meses de mayo y junio, que permitieron el Ejército controlar toda la región de Lugansk, terminaron por consolidar, en apariencia, la posición del ministro de Defensa.

Sin embargo, la guerra sigue estancada para Rusia desde el mes de julio y, durante las últimas semanas, se han disparado todas las alarmas en el Kremlin al ver cómo el Ejército ucraniano podía destruir objetivos en la retaguardia rusa, incluida Crimea, con los sistemas de misiles HIMARS, una actividad partisana bien organizada y el empleo de drones espías y artillados.

De hecho, la situación ha empeorado todavía más en las últimas horas con la ruptura de las líneas rusas en la región de Jersón con la gran ofensiva lanzada por el Ejército ucraniano en el sur desde la noche del domingo.

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