La verdad sobre la relación entre Isabel II y Meghan Markle
La Reina siempre facilitó la adaptación de la exactriz a la Familia Real y respaldó al Príncipe Harry, a pesar de la abrupta ruptura con su hermano el Príncipe Guillermo
Aterrizó en la Familia Real británica con ínfulas de modernizar la Corona, como un «soplo de aire fresco» que ayudaría a respaldar la tradición sin perder de vista el contexto social del siglo XXI. Demasiadas fantasías atribuidas a una actriz de segunda llamada Meghan Markle, quien únicamente anuló a su marido separándole de su familia y generó con el 'Megxit' un circo mediático que ha zarandeado los pilares de la Monarquía, con acusaciones tan graves como el racismo.
A Isabel II siempre le hicieron gracia las trastadas de su nieto, el Príncipe Harry. Mantenían una relación afectuosa, muy cercana y de confianza. Harry incluso convenció a la Reina para que apareciera con él en un vídeo con el que respondían al desafío lanzado por Michelle y Barack Obama para promocionar los Invictus Games, una competición deportiva para veteranos de guerra.
Cuando su noviazgo con Meghan parecía serio, la Reina le brindó a la exactriz una calurosa bienvenida. Su primer encuentro transcurrió, en 2017, durante un almuerzo distendido en Royal Lodge, la residencia en la que vive el Príncipe Andrés, en Windsor Great Park, en Berkshire. La Navidad de ese año, Isabel II dio el paso de invitar a Meghan a las celebraciones en la finca de Sandringham, a pesar de que aún no estaba casada con Harry. En junio de 2018, protagonizaban en Cheshire, al noroeste de Inglaterra, su primer acto oficial juntas. Compartieron vagón a bordo del tren real, desayunaron juntas y la Reina le regaló un collar de perlas con unos pendientes a juego. La sintonía entre ellas no parecía demasiado forzada.
«La Reina, por ejemplo, siempre ha sido maravillosa conmigo», declaró Meghan durante la entrevista con Oprah Winfrey. Previamente, en otras intervenciones ya había comentado que siempre había sido un honor compartir tiempo con ella.
La relación entre Guillermo y Harry
Los primeros desencuentros entre los Sussex y la Familia Real se canalizan a través del Príncipe Guillermo. Harry considera que su hermano trata de boicotear su felicidad y no es lo suficientemente atento y amable con su mujer. Meghan confesó en su entrevista con Oprah que la Duquesa de Cambridge le había hecho llorar por una discusión sobre los vestidos que llevarían a su boda Carlota y otras damitas de honor.
En marzo de 2019, los conocidos como Fabulosos Cuatro anunciaron que abandonan el Household, es decir separaban sus despachos y su gabinete de comunicación. «Hemos pasado juntos por el infierno, pero ahora llevamos caminos separados», declaró Harry en una entrevista en octubre de ese mismo año. La brecha entre los hermanos, que habían caminado hombro con hombro tras el ataúd de su madre con 15 y 12 años, resultaba evidente.
El Príncipe Guillermo, llamado a reinar en un futuro, encontró un equilibrio en su relación con los medios. Consciente de que para llegar al pueblo necesitaba que dieran voz a sus compromisos oficiales. Para Harry los paparazzis siempre fueron los culpables de la muerte de su madre y no soportaba que día sí día también su nombre copase titulares.
La Reina y sus principales asesores plantearon antes del 'Megxit' que los Sussex pasaran temporadas en el extranjero en un país de la Commonwealth, donde pudieran alejarse del foco mediático que tanto les atosigaba y disfrutar de privacidad. Así lo expone Robert Lacey, en su libro Battle of Brothers. Se barajó la posibilidad de África, por su viaje previo a Botsuana donde se consolidó su historia de amor.
Tras una larga gira oficial por Sudáfrica ese otoño de 2019 y un largo descanso navideño en Canadá, las relaciones se tensaron con su padre, entonces Príncipe de Gales. Harry se quejó de que no atendía sus llamadas. El 8 de enero de 2020, los Duques de Sussex anunciaban su deseo de abandonar la Familia Real como miembros senior. Para la Reina resultó una auténtica decepción porque siempre les tendió la mano.
Según sostiene Damián Whitworth, en The Times, «a pesar de las tensas relaciones entre Harry y su padre y su hermano, la Reina siempre mantuvo la puerta abierta a su nieto». «Su hija Lilibet será un recordatorio de su abuela y de la segunda era isabelina, incluso si crece en un lugar inusualmente alejado del resto de la Familia Real».
Esta semana, tras la muerte de Isabel II, los hermanos han escenificado una aparente tregua. El nuevo Príncipe de Gales invitó a su hermano a que le acompañaran a pasear por las inmediaciones del castillo de Windsor durante 40 minutos y agradecer al pueblo los gestos de cariño con su abuela. El miércoles caminaban juntos tras el ataúd de su abuela. No obstante, no parece que sea un acercamiento muy sólido.
Tras actualizarse la línea de sucesión, el Príncipe Guillermo y sus tres hijos (Jorge, Carlota y Luis) ocupan los cuatro primeros puestos, a los que siguen el Príncipe Harry y sus dos hijos, Archie y Lilibet, a los que no se les ha otorgado oficialmente los títulos de Príncipe y Princesa, que les correspondería como nietos del Rey. Tampoco les preocupará demasiado o quizás sí, puesto que su intención es regresar a Montecito y continuar con su vida de estrellas, explotando su papel de víctimas de la Corona británica. Y eso, ciertamente, vende mucho. De momento, estamos a la espera de la publicación de sus memorias.