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Tanque ucraniano Jarkov

Un tanque ucraniano avanza en la región de JarkovAFP

209 días de guerra en Ucrania

Las autoridades prorrusas del Donbás entran en pánico y piden su anexión inmediata a Rusia

Los recientes avances territoriales de las tropas ucranianas han metido prisa a las administraciones prorrusas de Donetsk y Lugansk para celebrar referéndums de incorporación a la Federación Rusa

La reciente ofensiva ucraniana que forzó el repliegue casi completo de las tropas rusas en la región de Jarkov ha desatado el pánico entre las autoridades separatistas y prorrusas de Donetsk y Lugansk.

Los altos funcionarios de las administraciones separatistas, impuestos por el Kremlin, ven inevitable que el Ejército ucraniano comience a reconquistar nuevos territorios en ambas autoproclamadas repúblicas populares del Donbás, incluso territorios que Ucrania no controla desde 2015.

Para evitarlo, las autoridades independentistas han pedido a Moscú, a la desesperada, autorización para celebrar de inmediato referéndums en los dos territorios para justificar su incorporación a la Federación Rusa.

El gobierno ruso respondió afirmativamente y los parlamentos de Lugansk y Donetsk convocaron sus respectivos referéndums de anexión, que se celebrarán entre el 23 y el 27 de septiembre.

La convocatoria urgente de estos referéndums señalan a un cambio de estrategia por parte del Kremlin que, ahora sí, podría estar preparándose para una movilización general que le permita recuperar el impulso perdido.

No en vano, tras el anuncio de la convocatoria de los referéndums en el Donbás, se le sumó a continuación la región de Jersón y la de Zaporiyia, que pretenden celebrar sus votaciones en las mismas fechas que Donetsk y Lugansk.

El procedimiento será similar al seguido en 2015 en la península de Crimea que, mediante un referéndum ilegal, y no reconocido internacionalmente, celebrado de forma apresurado, Rusia justifico la anexión de la península a Rusia.

Mapa referéndums Ucrania

Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón celebrarán referéndums para incorporarse a RusiaKindelán

Según los impulsores de esta medida, la anexión formal de Donetsk y Lugansk a la Federación Rusa sería una medida disuasiva frente a Ucrania, ya que, a ojos de Moscú, un ataque contra estos territorios sería un ataque contra Rusia, una doctrina que ya siguen en Crimea.

El ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, desdeñó las convocatorias y afirmó, en un mensaje difundido en Twitter, que «los falsos ‘referéndums’ no cambiarán nada. Tampoco lo hará ninguna ‘movilización’ híbrida. Rusia ha sido y sigue siendo un agresor que ocupa ilegalmente partes de la tierra ucraniana. Ucrania tiene todo el derecho a liberar sus territorios y seguirá liberándolos diga lo que siga Rusia».

La influyente propagandista rusa, la editora de Russia Today, Margarita Simonyan, defendió esta medida: «Hoy celebramos el referéndum, mañana se reconocen ambos territorios como parte de la Federación Rusa y, pasado mañana, los ataques contra territorio ruso se convierten en una guerra en toda regla de Rusia contra Ucrania y la OTAN, lo que desataría las manos de Rusia en todos los aspectos».

Simonyan, como la mayoría de los propagandistas ultranacionalistas rusos, defiende que Rusia declare la guerra a Ucrania formalmente, decrete la movilización general y escale el conflicto, aunque ello suponga una guerra abierta contra la OTAN.

La jefa adjunta del parlamento de Lugansk, Lina Vokalova, defendió, en declaraciones publicadas en el sitio web de la institución, recogidas por The Washington Post, que el referéndum «cumpliría nuestro sueño de regresar a casa, a la Federación Rusa».

El presidente de la cámara de Donetsk, Aleksander Kofman, se expresó de forma similar: «Es hora de borrar la frontera inexistente entre nuestros países».

Otros territorios ocupados por las tropas rusas en la presente guerra también han planteado referéndums similares, en Jersón o en Zaporiyia, pero se han aplazado de forma indefinida por las contraofensivas ucranianas.

Sin embargo, según los analistas del Institute of the Study of War (ISW) celebrar referéndums con aparente legalidad es algo prácticamente imposible en este momento.

En primer lugar, porque las tropas rusas no controlan la totalidad de ambas regiones. Además, siguen los combates con gran intensidad y las tropas ucranianas continúan obteniendo ganancias territoriales.

Las últimas informaciones procedentes del frente hablan de que Ucrania podría controlar ya gran parte de la ciudad de Lysychansk y se prepara ya para cruzar el río Donets y preparar el asalto a su ciudad gemela de Sverodonetsk.

Además, el ISW apunta a una paradoja que se produciría en caso de anexión: Rusia incorporaría a su Estado un territorio que, a ojos del Kremlin, estaría parcialmente «ocupado» por fuerzas «extranjeras».

La incapacidad de Rusia para expulsar a los ucranianos sería entonces una derrota humillante ya que, siguiendo el mismo discurso de Moscú, significaría que las tropas rusas son incapaces de expulsar a tropas «ocupantes» de territorio «ruso».

Asimismo, los recientes ataques ucranianos a Crimea demuestran que un ataque contra territorio que Moscú reconoce como ruso no desencadena automáticamente una escalada bélica ni una declaración de guerra formal. Mucho menos un enfrentamiento con la OTAN.

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