Italia
Giorgia Meloni quiere que la llamen «presidente» y no «presidenta»
La oposición censura su decisión y los medios de comunicación se suman a la polémica en contra del lenguaje inclusivo
Los líderes europeos liman asperezas con Meloni y le dan una calurosa bienvenida
«El presidente Giorgia Meloni, estará el martes 25 de octubre en la Cámara de Diputados para hacer declaraciones sobre su programa de Gobierno». El comunicado que anunciaba la comparecencia de la ganadora de las elecciones en Italia, es uno de los últimos donde se dirigen a la líder de Fratelli d´ Italia (FDI) con el género masculino. No es una casualidad, es un deseo expreso de la mujer que concentra el poder por primera vez en la historia del país
«Cordial y fructífera conversación, de más de una hora entre el presidente, Giorgio Meloni, y el presidente francés, Emmanuel Macron», fue el titular oficial que daba cuenta de la entrevista mantenida entre ambos dirigentes europeos el domingo. Los ejemplos se suceden y se sucederán a pesar de las críticas de las feministas.
La expresidenta dela Cámara de Diputados, Laura Boldrini, del partido socialdemócrata (PD), censuró su conducta y se preguntó: «¿Qué le impide reivindicar su liderazgo en la lengua? ¿Afirmar lo femenino es demasiado para FDI (siglas del partido), un partido que ya olvida a las hermanas en su nombre?», escribió en cuenta de Twitter.
Boldrini exigía el femenino durante su mandato (2013-2018) mientras la conservadora Elisabetta Casellati (2018-2022), prefería el masculino cuando estaba al frente del Senado
Carlo Calenda, de Tercer Polo, intervino en la polémica y sentenció. «El país está descarrilando y volvemos al nivel de la polémica de Peppa Pig», en alusión a los dibujos animados que incorporaron en su elenco a una pareja de lesbianas.
«No hay prioridad gramatical»
«No hay prioridad gramatical. Existe una preferencia ideológica por parte de quienes ocupan el cargo. Desde el punto de vista lingüístico, puede decirse que el masculino está relacionado con la tradición (....), el femenino, que es absolutamente legítimo, lleva consigo una carga de modernidad más evidente, porque deriva de las reivindicaciones feministas de los años 80», declara a Efe Claudio Marazzini, presidente de la Academia de la Crusca. Dicho esto, deja libertad a los medios de comunicación para utilizar el género que consideren más oportuno. «No se puede imponer el uso obligatorio» de una u otra opción, asegura.
«El cargo de presidente de las más altas instituciones del Estado ya ha estado sujeto a fluctuaciones», añade Marazzini, antes de revelar: «Personalmente, creo que seguiré llamando a Meloni 'la presidente del Consejo de Ministros', pero «en la interlocución directa no dudaría en adoptar el masculino, por una forma de respeto hacia sus preferencias».
También «porque no se trata de una opción agramatical o antigramatical, sino simplemente de un uso tradicional, quizá minoritario en los últimos años, pero bien arraigado en el pasado de la lengua».
El giro histórico de tener una mujer al frente del Gobierno podría haber ido acompañado de un cambio en el lenguaje y en las palabrasFrancesco Olivo, periodista de La Stamp
«Creo que el giro histórico de tener una mujer al frente del Gobierno podría haber ido acompañado de un cambio en el lenguaje y en las palabras que se utilizan para definir a los políticos», asegura a Efe Francesco Olivo, periodista que cubre la información política para el diario La Stampa.
Su periódico, uno de los más importantes de Italia, ha decidido, «a pesar de la posición de Meloni, llamarla: La primer ministro».
El sindicato de periodista de a RAI, la televisión pública, se sumó a las críticas contra la flamante «presidente». “Mientras Italia se adapta laboriosamente a las normas europeas sobre el uso del femenino en los cargos públicos y las profesiones, en muchas redacciones de la RAI asistimos a un peligroso retroceso", sostiene en un comunicado.
En el mismo documento asegura que «existen presiones de la dirección para que se use la denominación masculina para dirigirse al nuevo cargo de Giorgia Meloni porque «ella lo ha pedido».