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Rescate Mediterráneo Lifeline

Momento del rescate de una embarcación con inmigrantes por parte de la tripulación del Rise AboveSeverine Kpoti

«Como marino nunca voy a dejar a nadie que se ahogue», afirma el capitán español de un barco con 95 inmigrantes a bordo

El barco Rise Above, mandado por el capitán español Marco Antonio Martínez Esteban, espera que se le asigne un puerto seguro para desembarcar a 95 inmigrantes náufragos

Con 95 inmigrantes abordo rescatados del mar en medio del Mediterráneo central, a pocas millas de las costas italianas y con la amenaza del temporal, el barco Rise Above de la ONG alemana Lifeline, capitaneado por el marino español Marco Antonio Martínez Esteban, trata de encontrar desesperadamente un puerto seguro donde desembarcar a los náufragos.

Primero lo intentaron en el puerto la isla de Lampedusa, pero las autoridades italianas denegaron el desembarco tras el anuncio del viceprimer ministro Matteo Salvini de que cerraría sus puertos a las ONG extranjeras.

El Rise Above dirige ahora su proa hacia las costas de Sicilia con la esperanza de lograr el deseado desembarco.

«Tengo un barco con capacidad como mucho para cinco días de estar en la mar por el diésel. Así que me tienen que dar una solución, y si no, no me quedará más remedio que entrar a puerto», aseguró en una conversación con El Debate.

Pese a la incertidumbre sobre lo que pasará entonces, el capitán, natural de Cambrils, lo tiene claro: «Como marino nunca voy a dejar a nadie que se ahogue, porque es la ley del mar».

En ese sentido, rechaza el argumento de que se podría devolver a los náufragos a los puertos de salida de sus embarcaciones: «Son países que no reconocen los derechos humanos de las personas. La mayoría de gente que viene viene escapando, escapando de Boko Haram, del Estado Islámico, o de grandes dictaduras o de guerras».

«La Ley Internacional lo dice muy claro, tienen que ser sitios seguros donde los derechos humanos se cumplan. No puedes devolverlos de donde vienen porque es ilegal. Túnez no respeta los derechos humanos, Argelia tampoco, Marruecos tampoco, Libia menos porque está en guerra», zanjó la cuestión.

Marco Antonio, que trabaja desde 2017 en el rescate de náufragos en el Mediterráneo central, actúa con el convencimiento de que tiene la ley de su parte: «Nosotros rescatamos náufragos, gente cuya vida está en peligro. Nos protege la regulación internacional y la normativa marítima, que está por encima de cualquier ley de cualquier Estado».

El capitán del barco con bandera alemana explicó que «salimos del puerto de Licata (Sicilia, Italia) el 2 de noviembre y estamos a unas 15 horas del sur de Lampedusa, la zona entre Túnez y Libia en aguas internacionales».

Señaló que recibieron tres avisos de embarcaciones a la deriva por medio del sistema Navtex, «donde te dan avisos a navegantes, si hay gente en peligro y temas de meteorología». Sin embargo, «nadie fue a buscar a esta gente. Ni salió la guardia costera de Libia, ni salió la de Túnez, ni salió la de Italia, ni salió la de Malta».

«Estábamos allá más solos que la una y tuvimos la gran suerte de, haciendo patrones de búsqueda, encontrar los tres botes que estaban a la deriva». «Las embarcaciones que encontramos estaban con agua dentro: dos con vías de agua y el tercero con mucha agua porque habían entrado las olas. Estaban en situación muy precaria», detalló.

Sin embargo, advierte que el Rise Above «es un barco muy pequeño, son 25 metros. Es un barco de los años 60 y de madera. Rescatamos a 95 personas procedentes de Costa de Marfil, Túnez, Egipto, Senegal y Guinea».

«Nosotros somos 9 tripulantes, de los cuales somos 3 españoles: yo, que estoy de capitán, una voluntaria que es médico y la primer oficial. Rescatamos 95 personas: 8 bebés entre 7 meses y 2 años, 34 menores de entre 7 y 17 años, 24 mujeres (tres de ellas embarazadas) y 71 hombres».

«Tenemos una situación muy precaria a bordo. Tengo el barco lleno de gente: gente en la proa, en los laterales, en la popa. La gente duerme en cubierta, la gente está muy cansada, algunos llevaban dos días en la mar, la situación de los bebés es muy precaria, de las madres también».

Sobre la polémica por la negativa de las autoridades italianas a proporcionar un puerto seguro, defendió que «nosotros no hemos de pedir una zona segura. Como capitán, tienes derecho a que te den un puerto y eres tú el que elige el puerto, la zona segura».

«El Estado que tiene que responderte, que en este caso es Italia, tiene que darte una solución en menos de 24 horas, ya sea porque te ponen un barco más grande donde los puedes traspasar, o ya sea porque te den un puerto», insistió.

Marco Antonio rechaza entrar en el debate sobre la legitimidad de los Estados al cerrar sus puertos: «Yo soy el capitán del barco y mi trabajo es que la gente no se ahogue».

«El tema no es el debate sobre el flujo de migración, el tema es que la gente no puede morir ahogada en el mar. Va en contra del derecho a la vida y en contra de la dignidad de las personas», subrayó.

«Una vez que los rescatas y los llevas a un sitio seguro, según la legislación internacional, entonces ya se puede hablar de política y flujos migratorios, pero mientras tanto son seres humanos que están con su vida en peligro». «Un Estado no puede cerrar puertos», insistió, «lo que tendría que hacer poner barcos».

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