279 días de guerra en Ucrania
La batalla de Bakhmut: el sangriento frente ucraniano que recuerda a la Primera Guerra Mundial
Los cielos grises, los árboles calcinados y arrancados de cuajo por el fuego de artillería, una profunda trinchera anegada de barro y agua, y un soldado embadurnado, con la mirada perdida y atenazado por el frío del invierno ucraniano.
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En los últimos días se han difundido varias fotos de la batalla de Bakhmut (región de Donetsk), unas imágenes que parecen sacadas de las guerras del siglo XX y que ilustran muy bien en qué se ha convertido este punto de la línea de contacto entre los beligerantes ucranianos y rusos: una batalla más propia de la Primera Guerra Mundial que de los conflictos del siglo XXI.
A medida que han pasado los meses, que ha avanzado la guerra y se han bloqueado los frentes, la guerra en Ucrania ha ido evolucionando hacia combates más primigenios donde han vuelto las tácticas vetustas de conflictos casi olvidados.
En Ucrania hemos visto de todo: vehículos y armas de la guerra fría o, incluso, de la Segunda Guerra Mundial –algunos soldados rusos han llegado a combatir con fusiles Mosin o ametralladoras Maxim–, batallas de tanques que recordaban a la ofensiva alemana sobre Kursk en 1943 y, como colofón, la cruenta guerra de trincheras.
Durante el lunes, la lucha entre las tropas ucranianas y los mercenarios del Grupo Wagner –que son los que están llevando el grueso de la ofensiva rusa en este punto– tuvo como escenario la pequeña localidad de Soledar, cercana a Bakhmut.
La artillería rusa bombardeó también las ciudades de Toretsk y la misma Bakhmut, una ciudad fantasma tras la huida de la práctica totalidad de sus 70.000 habitantes.
Para Rusia, la ciudad tiene un alto valor simbólico, aunque escasa importancia estratégica. Conquistar la plaza y su área circundante, permitiría al Kremlin presentar un triunfo después de las humillantes derrotas en Jarkov y Jersón.
Se trata de una estrategia que ya mostró sus catastróficas consecuencias tras los esfuerzos para conquistar Mariúpol y Severodonetsk antes del verano. Amabas ciudades cayeron, pero su conquista agotó las capacidades ofensivas rusas que permitieron, al finalizar el verano, las espectaculares contraofensivas ucranianas.
Bakhmut también podría caer del lado ruso, pero su conquista no se traducirá en un derrumbe de las líneas ucranianas y, sin embargo, agotará la capacidad rusa de seguir avanzando e, incluso, de mantener las posiciones alcanzadas.