Aumenta la tensión en Kosovo tras un ataque contra una patrulla de la UE
La misión europea ha confirmado que ninguno de sus oficiales fue herido
La misión europea Eulex en Kosovo condenó este domingo como «inaceptable» un ataque contra una de sus patrullas de reconocimiento en el norte del país balcánico, en medio de nuevas tensiones en la región.
En un comunicado publicado en Facebook, Eulex confirmó que ninguno de sus oficiales fue herido aunque consideró que este ataque y también otros, perpetrados contra la Policía de Kosovo en los últimos días, son «inaceptables».
«Condenamos con dureza los actos violentos perpetrados por personas armadas en el norte de Kosovo, incluyendo contra la comunidad internacional», señala la nota.
«Pedimos a los responsables que se abstengan de realizar más actos de provocación e instamos a las instituciones de Kosovo a que lleven a los autores ante la Justicia», concluye Eulex, que apoya con cientos de expertos la creación de un Estado de Derecho en Kosovo.
Tras las tensiones en torno a unas elecciones locales en los municipios de mayoría serbia en el norte de Kosovo, previstas para este mes, activistas serbios levantaron anoche barricadas en varias carreteras, donde se oyeron numerosos disparos.
El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, también condenó hoy los ataques y pidió a los serbokosovares que retiren «inmediatamente» esas barricadas
«La calma debe ser restaurada», dijo Borrell en un mensaje en su cuenta de Twitter.
Los activistas serbokosovares intentan evitar que la Policía de Kosovo pueda trasladar a Pristina a un expolicía serbokosovar detenido bajo sospecha de haber participado en recientes actos de violencia.
Algunas instalaciones de la Comisión Electoral Central de Kosovo en la parte norte del país fueron atacadas esta semana.
Ante las tensiones, la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, anunció anoche que las elecciones locales, previstas para el 18 de diciembre próximo, serán aplazadas a abril de 2023.
Los comicios son necesarios después de que cientos de representantes serbokosovares se retiraran en bloque de todas sus funciones públicas en Kosovo.
Protestan así contra la decisión del Gobierno kosovar de prohibir el uso de matrículas emitidas por Serbia, un conflicto que mientras tanto ha sido resuelto mediante un acuerdo bajo presiones de la UE y de EE.UU.
Por su parte, el presidente serbio, el populista Aleksandar Vucic, exigió anoche el reenvío de cientos de soldados y policías serbios a Kosovo, una exprovincia serbia que declaró su independencia en 2008.
El mandatario serbio, acusado por la oposición de tendencias autoritarias, basa su exigencia en la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU, de 1999, tras el final de la guerra de Kosovo.
Vucic reconoció que no se hace ilusiones de que la fuerza internacional, liderada por la OTAN (KFOR), vaya a aceptar la exigencia y dijo que se «buscará un sinfín de razones para rechazarla».
Por otro lado, el jefe de la oficina serbia para Kosovo, Petar Petkovic, afirmó hoy que la policía kosovar accedió ilegalmente a una oficina del dique de Gazivode, fronterizo con Serbia, expulsaron al empleado allí y rompieron banderas serbias.
«La UE debe poner bajo control al agresor y usurpador Kurti y detener sus acciones violentas y armadas con las que quiere provocar la guerra!», agregó el funcionario serbio en un mensaje de Twitter en referencia al primer ministro kosovar, el nacionalista Albin Kurti.
Kosovo, habitado por una gran mayoría de albanokosovares, declaró en 2008 su independencia, que Serbia no reconoce ni tampoco algunos países de la UE, como España o Grecia.
El pequeño país tiene unos 1,8 millones de habitantes, de ellos unos 75.000 serbios, que viven en su gran mayoría en la parte norte fronteriza con Serbia y rechazan la soberanía de Kosovo.