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Eva Kaili, en el Parlamento Europeo, en una imagen de archivoEuranet Plus vía Flickr

Qatargate

Eva Kaili, la bella eurodiputada socialista que se dejó corromper por la bestia del dinero de Qatar

Su historia antes de las redadas era de éxito: educación exquisita, situación económica holgada y una belleza fuera de lo común

Las redes sociales de Eva Kaili siguen como antes de que estallara el escándalo de Qatargate. En su perfil de Twitter , Facebook y de Instagram, el cargo que figura es el de vicepresidenta del Parlamento Europeo. En sus comentarios o imágenes de su mundo en el ciberespacio, su detención no existe.

Tampoco, como la acusan, figura en sus perfiles que sea la cabeza o personaje clave de una red de sobornos a cambio de cuidar e impulsar una imagen favorable de Qatar, el reino que ha impuesto su ley a la FIFA, a todas las selecciones de fútbol, a periodistas y a visitantes del Mundial más polémico de este deprimente siglo XXI.

La historia de Eva Kaili era, hasta antes de las redadas de la Policía belga, una historia de éxito. Desde niña tuvo todo lo que una persona puede desear: infancia feliz, educación exquisita, situación económica holgada y una belleza fuera de lo común.

Reunir todas esas virtudes en una Grecia que va de crisis en crisis y donde apretarse el cinturón resulta tan habitual que a muchos ya no les quedan orificios para ajustárselo más, es de privilegiados.

Presentadora de los informativos de televisión en MEGA, uno de los canales más populares de Grecia, la exvicepresidenta arrestada –y destituida de todos sus cargos– tiene un currículo académico envidiable. Arquitecta, ingeniera de caminos y máster en Política Europea son algunos de los títulos que puede poner sobre la mesa. Todos, con nota.

La única excepción o recorrido académico inconcluso, es su doctorado en Economía Política, asignatura pendiente como el juicio que deberá enfrentar, con su padre, Alexander Kaili (el de la maleta a reventar de euros) y su pareja, Francesco Giorgi, nueve años más joven que ella y padre de su única hija.

Todos los conocimientos teóricos de la imputada podían servirle para llevarlos a la práctica y tratar de mejorar la vida de los otros. Eso es lo que tenía en mente desde jovencita y por eso se afilió de adolescente al PASOK (Movimiento Socialista Panhelénico) griego.

Logró a los 29 años ser diputada y a los 36 ocupar su escaño en el Parlamento Europeo

Con supuesta vocación de servidora pública, logró a los 29 años ser diputada y a los 36 ocupar su escaño en el Parlamento Europeo. La agenda digital la encontró como una gran aliada y su dedicación le valió que la premiaran en 2018 por su labor.

Con pensamiento propio y resistente a la disciplina de partido, en especial para embestir al gobierno conservador griego, sus diferencias últimas con el PASOK, del que ha sido expulsada, tuvieron como respuesta una declaración cruel del presidente del partido, Nikos Andrulakis: «Actuaba como un caballo de troya de los conservadores», declaró para deslindar al partido del escándalo de corrupción que ha sacudido los cimientos de la UE y en especial de socialistas y socialdemócratas, bloque al que pertenecen los hasta ahora investigados.

Su sueldo, después de impuestos, quedaba de la siguiente manera: 7.146 euros, más 4.778, más gastos de viaje. Esto es, fijo para el bolsillo recibía mensualmente 11.924 euros

A principios de año «Eva, la griega» logró una de las 14 vicepresidencias de la Eurocámara. Satisfecho el orgullo profesional, la compensación económica no le andaba a la zaga. Su sueldo, después de impuestos, quedaba de la siguiente manera: 7.146 euros, más 4.778, más gastos de viaje. Esto es, fijo para el bolsillo recibía mensualmente 11.924 euros. Las cuentas que pasara por desplazamiento se desconocen.

Cuando la vida es bella, la despensa está llena y el amor te regala una hija y un compañero de vida, resulta difícil de comprender que la tentación del dinero pueda más que los principios. Pero es exactamente lo que parece que ha sucedido con Eva Kaili.

El Mundial de Qatar es la prueba, en realidad, de cómo la diplomacia deportiva puede lograr una transformación histórica de un país, con reformas que han inspirado al mundo árabeEva KailiDiscurso pronunciado en la Eurocámara

«El Mundial de Qatar es la prueba, en realidad, de cómo la diplomacia deportiva puede lograr una transformación histórica de un país, con reformas que han inspirado al mundo árabe». Las palabras de la exvicepresidenta las pronunció en el Parlamento Europeo.

En esa misma Cámara se refirió a Qatar, recuerda Euronews, como un país de «buenos vecinos y socios». Más difícil todavía, en el circo de la retórica de esta socialista llegó a decir sobre los qatarís: «Han decidido comprometerse con una visión y se han abierto al mundo».

A renglón seguido disparó, con mejor puntería, al doble discurso de los europarlamentarios críticos con el régimen. «Algunos aquí piden discriminarlos… Les intiman y acusan de corrupción a todos los que hablan con ellos o se comprometen (con Qatar). Aún así, se llevan su gas y tienen allí sus empresas que gana miles de millones».

La propuesta para eliminar la visa a Qatar se aprobó por 42 votos a favor y 16 en contra. Entre los primeros se encontraba el de Eva Kaili, el detalle no tendría importancia si no fuera porque ella no era miembro de esa Comisión

Por entonces el fantasma de la corrupción no había dado la cara ante ella, pero algo extraordinario sucedía ya. La Comisión de Libertades Civiles del Parlamento analizaba entonces la suspensión de visa para Qatar. La propuesta se aprobó por 42 votos a favor y 16 en contra. Entre los primeros se encontraba el de Eva Kaili, el detalle no tendría importancia si no fuera porque ella, no era miembro de esa Comisión y no debería haber estado ahí.

Sus reuniones en Qatar

Ahora, bajo la lupa sus intervenciones públicas y sus viajes, las redes sociales, ese pozo sin fondo de vanidad, delataron que la arquitecta e Ingeniera viajo a principios del pasado mes de noviembre a Qatar donde mantuvo reuniones de alto nivel con el primer ministro, el titular de la cartera de Trabajo y el de Energía, entre otras figuras relevantes del país.

Las suspicacias no existirían si no hubiera media docena de detenidos, millón y medio de euros incautados o la Policía no hubiera sorprendido al padre de Keilli a la carrera con una maleta a reventar de billetes.

Eso, sin mencionar que, quizás, algo podría cambiar si Francesco Giorgi se hubiera mordido la lengua. Pero la realidad es que los arrestos existen; a su padre le pillaron con la maleta aunque ahora esté en libertad y Giorgi se ha confesado culpable para que su hija, de dos años, no se quede sin madre. Todo, por ella pero visto lo visto, el juez no traga y ella, sin inmunidad al ser sorprendida in fraganti, sigue en la cárcel. Un final triste para la bella que se dejó corromper por la bestia del dinero sucio.