Lavrov reconoce que Rusia no controla las regiones ucranianas que anexionó

El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha apuntado que las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón «necesitan ser liberadas».

Cuando ha sido preguntado sobre si Rusia todavía tiene que liberar «esos territorios», Lavrov ha afirmado que «efectivamente».

De acuerdo al jefe de la diplomacia rusa, dichos territorios no deberían sucumbir al supuesto ataque de otro Estado porque forman parte de las fronteras de la Federación de Rusia y están bajo la legislación de la Constitución rusa, ha detallado en una entrevista a la cadena Channel One y repoducida porTASS.

«Es fruto de la voluntad popular expresada en las cuatro regiones. Ocurrió hace un tiempo en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y este otoño en las regiones de Zaporiyia y Jersón», ha relatado, haciendo referencia a los supuestos referéndum celebrados por el Kremlin en septiembre.

El ministro de Exteriores ruso también admitió que Rusia «está decidida» a asegurarse de que su «operación militar especial» -como denominan a la invasión de Ucrania- alcanzará sus objetivos.

EE.UU. «no luchará directamente»

Durante la misma entrevista Lavrov dijo que las autoridades diplomáticas estadounidenses han garantizado que Washington no enviará especialistas a Ucrania para instruir a los soldados ucranianos en el uso de sistemas de defensa aérea Patriot.

«Nos explicaron bastante extensamente que esto no está planeado, precisamente porque los estadounidenses no quieren y no lucharán directamente contra Rusia. Los Patriot se pondrán en acción dentro de unos meses hasta que el Ejército ucraniano domine esta tecnología» señaló Lavrov.

Los contactos entre Moscú y Washington se ha llevado a cabo a través de los canales diplomáticos que la Embajada rusa en Estados Unidos aún mantiene operativos

La Administración estadounidense del presidente Joe Biden anunció la semana pasada un nuevo paquete de ayudas militares a Ucrania valorado en 1.850 millones de dólares, y dentro del cual se incluye el primer envío de sistemas de defensa antiaéreo Patriot.

Por su lado, el presidente Vladimir Putin salió al paso de esta maniobra de Washington para asegurar que sus tropas destruirían cada Patriot suministrado a Ucrania, y aprovechó para criticar la calidad del sistema de defensa estadounidense a la par que ensalzó las bondades del sistema S-300 ruso.