Bolsonaro vuelve al ataque: embiste al Supremo e insiste en el fraude electoral

Jair Bolsonaro no termina de dar su brazo a torcer. El expresidente parece haberse recuperado rápidamente, tras el alta dada la pasada madrugada, por una afección estomacal vinculada con el atentado que sufrió hace cuatro años, y fue directo a las redes sociales. En éstas volcó, de nuevo, su inconformismo con los resultados de las elecciones de octubre y apuntó contra la Corte Suprema y el Tribunal Superior Electoral (TSE).

Por consejo de sus abogados o porque el impulso no le duró mucho, a las pocas horas borró todos los mensajes ofensivos. En su cuenta de Facebook llegó a afirmar que no fue el pueblo el que eligió a Luda Da Silva presidente de Brasil si no, directamente, el Supremo y el TSE.

El mensaje, apunta Europa Press, incluía fragmentos de una entrevista al procurador del estado de Mato Grosso del Sur, Felipe Giménez en la que sostenía esa teoría de la designación de Lula por las instituciones.

Con la visa a punto de vencerse en Estados Unidos, el futuro o el destino de Bolsonaro, no parece estar muy claro. En Brasil un fiscal ha pedido que se le embarguen sus bienes como medida cautelar ante potenciales condenas judiciales, por su presunta responsabilidad en la organización de los campamentos y los asaltos del pasado domingo a las sedes del los tres poderes en Brasilia. Pero en Washington un grupo de diputados demócratas le insiste a Biden para que no le renueve el visado y le deporte a Brasil.

A renglón seguido, puso en duda que estuviera en condiciones que pudiera tener derecho a la nacionalidad: añadió. «No me consta que pueda obtenerla». Angelo Bonelli, coportavoz del grupo Europa Verde y diputado de Aliazan Verdes Izquierda fue tajante: «El Gobierno italiano debe ser claro: nada de nacionalidad para los hijos de Bolsonaro y el expresidente. No se concederá a los partidarios de los golpistas», dijo Bonelli, al destacar que según informa el semanario Istoè, «él y toda la familia tiene la intención de obtener la nacionalidad en la Embajada en Brasilia y venir a Italia lo antes posible».

Jair Bolsonaro viajó a Orlando dos días antes de la investidura de Lula para evitar tener que, como es tradición, colocarle la banda presidencial en la clásica ceremonia de traspaso de mando. De paso, puso tierra de por medio en previsión de que pudieran imputarle algún delito o buscarle trapos sucios de su gestión que le condujeron, como al propio Lula, a pasar una temporada a la sombra.

La rebelión en masa de sus seguidores con los asaltos a los edificios de la plaza de los Tres Poderes de Brasilía ha complicado mucho su situación. La capital federal está intervenida, parecido a la aplicación de un 155, y las sedes de Presidencia, el Congreso y el Supremo bajo vigilancia militar.