La ONU denuncia al régimen de Pekín por la asimilación forzosa de un millón de niños tibetanos
Un grupo de expertos de las Naciones Unidas denunció este lunes a China por la asimilación forzosa de un millón de niños tibetanos mediante un sistema de internados escolares.
Según los relatores especiales, las autoridades chinas intentan asimilar a los niños tibetanos dentro de la cultura han, que es la mayoritaria en el país.
Estas políticas educativas operan a escala cultural, religiosa y lingüística; al obligar a los niños de la región del Tíbet a educarse en chino mandarín, sin que puedan optar por el estudio de la lengua y de la cultura de la minoría de la que forman parte.
«Los niños están perdiendo la facilidad con su lengua materna y la capacidad de comunicarse con sus padres y abuelos (...) lo que contribuye a la erosión de su identidad», recalcan los expertos en un comunicado.
También advirtieron que el número de internados escolares es proporcionalmente mayor en el Tíbet que en el resto de China -donde solo el 20 % de los niños son educados en instituciones similares- y atribuyeron esta situación al cierre de escuelas rurales en la región.
Estos centros han sido sustituidos por otros municipales, que a menudo están demasiado lejos de los hogares de los niños, por lo que se les exige que permanezcan internos en las escuelas.
Los expertos de la ONU se mostraron «alarmados» por esta política de asimilación y consideraron que es contraria a la prohibición de la discriminación y a los derechos educativos, lingüísticos y culturales, así como a las libertades religiosas de la minoría tibetana.
Los expertos que firman esta declaración son el relator especial de las Naciones Unidas para los asuntos de las minorías, Fernand de Varennes; la relatora especial para el derecho a la educación, Farida Shaheed; y la relatora especial para los derechos culturales, Alexandra Xanthaki.