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Manifestación antigubernamental en Moldavia

Manifestación antigubernamental en MoldaviaAFP

365 días de guerra en Ucrania

Rusia apunta a Moldavia y suspende el reconocimiento de su soberanía

El Kremlin también acusa a Ucrania de preparar una ofensiva sobre Transnistria

Aumenta la tensión en Moldavia. El presidente ruso, Vladimir Putin, dio un paso más en su desafío a la independencia e integridad territorial de Moldavia al revocar el decreto de 2012 que reconocía la soberanía de Moldavia.

El decreto era un paso previo para la búsqueda de una solución definitiva del estatus de la región moldava de Transnistria, ocupada militarmente por Rusia desde los años 90 del siglo XX.

Además, el Kremlin aseguró que el alto mando militar ucraniano planea un ataque contra las tropas rusas en Transnistria.

Según el comunicado del ministerio de Defensa ruso, el ataque correría a cargo de efectivos del batallón Azov, que realizarían el ataque usando uniformes rusos.

Hace una semana, el gobierno moldavo presidido por Maia Sandu denunció la existencia de un plan secreto ruso para organizar un golpe de Estado para situar en Chisináu un régimen leal al Kremlin.

El objetivo, según el plan conocido por los servicios secretos de Ucrania, era lograr un gobierno dócil que no pusiera obstáculos a la anexión formal de la región oriental de Transnistria.

A continuación, se iniciaría un proceso similar al seguido en Bielorrusia mediante el cual el Kremlin irá introduciéndose cada vez más en las estructuras administrativas moldavas, aumentando su dependencia de Moscú hasta, finalmente, dar el paso de la anexión formal del país.

Un paso más en el proyecto de construcción del «mundo ruso», ese delirio imperial al que promovido por el presidente Vladimir Putin y que abarcaría en Europa desde las repúblicas bálticas hasta el mar Negro, y amplias extensiones del Cáucaso y de Asia central con la incorporación de Georgia, Armenia y Kazajistán.

Días después de que el gobierno moldavo denunciara el plan, cerró el espacio aéreo moldavo por el temor a un atentado ruso, después de que se detectara un dron extranjero sobrevolando sin autorización los cielos del país.

Al mismo tiempo, las fuerzas de seguridad moldavas impidieron el acceso al país a aficionados serbios que pretendían asistir a un partido de fútbol del Partizán de Belgrado.

Rusia se estaría sirviendo del descontento ciudadano en Moldavia por la inflación y, principalmente, la subida del precio de la energía y de los alimentos, como palanca para hacerse con el control del gobierno y el Estado moldavo.

Días después de la denuncia de la presidenta moldava de la conspiración rusa, el prorruso Movimiento por el Pueblo, con el apoyo del partido Shor, cercano al Kremlin, organizó una gran manifestación en Chisináu para pedir la destitución del Ejecutivo de Maia Sandu.

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