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Tanques T-54 Rusia

Carros de combate T-54/55 almacenados en RusiaGTRES

392 días de guerra en Ucrania

Rusia saca de su letargo carros de combate fabricados por Stalin y podría trasladarlos a Ucrania

La escasez de carros de combate fuerza a Rusia a recurrir a su amplio stock de tanques de origen soviético

El Ejército ruso ha decidido sacar de su largo letargo de más de 70 años miles de tanques T-54 y T-55, fabricados a partir de 1945, durante la época de Stalin, y mandarlos al frente de Ucrania.

La decisión de desempolvar los viejos carros de combate soviéticos, de los que la URSS fabricó decenas de miles, ha sorprendido tanto entre los analistas militares de la órbita del Kremlin, como en Ucrania y sus aliados occidentales.

En el frente, los combatientes rusos esperaban como agua de mayo la llegada de las prometidas nuevas remesas de los modernos T-90 y, sobre todo, el sofisticado T-14 Armata, carros de combate que suelen protagonizar los desfiles militares frente al Kremlin.

Sin embargo, lo que van a obtener son miles de tanques que bien podrían haber combatido en la Segunda Guerra Mundial. De hecho, el T-54 –que se convirtieron en una imagen habitual de las guerras de Corea, Vietnam y del Golfo Pérsico– es la evolución del diseño del T-34, carro de combate que protagonizó la batalla de Stalingrado y la batalla de Kursk.

Infografía T-54 Rusia

Especificaciones técnicas del carro de combate T-54Kindelán

Se ha especulado con que los T-54, y su evolución el T-55, podrían emplearse como repuestos para reparar los T-90, T-80 y T-72 dañados en combate.

Según el canal holandés de información en código abierto Oryx, Rusia habría perdido 57 tanques T-90, 448 T-80, 1025 T-72, 53 T-64 y 73 T-62. Esas enormes pérdidas han derivado en un problema de escasez de carros de combate rusos en un momento en que la guerra mecanizada gana importancia en Ucrania.

Sin embargo, por el volumen de unidades transportados por ferrocarril al frente, según se ha podido comprobar en multitud de vídeos difundidos en redes sociales, el alto mando ruso pretende emplear un gran volumen de T-54/55 en combate.

Por lo tanto, en los próximos meses se verán en el escenario bélico ucraniano desiguales batallas entre los modernos tanques de la OTAN Leopard 2 y Challenger 2 y los vetustos carros de combate soviéticos T-54/55.

Hace unas semanas trascendía la noticia de que Rusia iba a sacar de su letargo sus viejos carros de combate T-62, de 1954. Ahora Rusia habría dado un paso más y ha recurrido a los T-54/55. Se trata de vehículos completamente obsoletos, con un frágil blindaje, con cañones de pequeño tamaño, sin sistemas de computación ni de control de fuego.

No será la primera vez que los Challenger midan sus fuerzas con los T-54/55 en el campo de batalla. Durante la guerra de Irak, en 2003, el Ejército de Sadam Hussein ya trató de frenar la invasión de las tropas de la coalición internacional con estos tanques soviéticos que nada tuvieron que hacer ante los carros británicos y estadounidenses.

Aún con todo, la decisión de desplegar los T-54/55 responde a la lógica con la que el Kremlin está plantando la guerra en Ucrania.

Ante la dificultad, debido a las sanciones, de reponer las numerosas unidades de carros de combate y vehículos blindados destruidos en la guerra, Rusia estaría aplicando la doctrina estalinista de la cantidad es calidad.

Es decir, emplean medios obsoletos de forma masiva que, aunque de tú a tú son muy inferiores a los modernos sistemas de la OTAN, empleados en grandes cantidades pueden acabar desbordando al enemigo.

Esa doctrina la hemos visto en Bajmut, donde Rusia ha lanzado oleadas de miles de combatientes sin formación militar, mal armados, muchos de ellos antiguos presidiarios, que han muerto en cantidades insoportables, pero que han desgastado las defensas ucranianas para facilitar el trabajo a las posteriores oleadas de tropas de élite.

También se ha visto en los bombardeos rusos sobre ciudades ucranianas. Ante el gran desgaste de los misiles de precisión, Rusia empezó a lanzar sobre las ciudades ucranianas misiles obsoletos de origen soviético de los que tenía un gran stock.

Según esa doctrina, Rusia pretende desbordar con oleadas de miles de viejos tanques T-55 de los años 40 del siglo XX las defensas ucranianas, aunque estén defendidas por modernos, pero escasos, Leopard y Challenger de la OTAN.

Para frenar esas oleadas, Ucrania necesitaría cientos de carros de combate, y va a recibir sólo unas pocas decenas, algo más de cien, y a un ritmo bastante lento.

La entrada en el escenario de los viejos T-54/55 hace prever un aumento exponencial de las bajas rusas en combate y nuevas imágenes de cementerios de carros de combate calcinados.

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