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Militares ucranianos se dirigen hacia Bajmut en vehículos de combate de infantería BMP, en el este de UcraniaAFP

395 días de guerra en Ucrania

El reto logístico es la clave para una potencial victoria de Ucrania

Ucrania tiene, según el Pentágono, existencias para unas seis semanas más. Las promesas de material por parte de aliados de la OTAN son impresionantes y generosas, pero no se han materializado aún

Tras casi catorce meses de guerra de atrición y ante la ausencia de perspectivas serias de negociaciones o de un acuerdo entre Moscú y Kiev, el destino de Ucrania será decidido no solo por su capacidad de combate y resistencia si no por la habilidad de Kiev y sus aliados de sostener el exhaustivo tren de consumo de material militar y humano.

Asimismo, la guerra convencional de larga duración en el corazón de Europa ha puesto el foco en el lamentable estado de los stocks militares de la OTAN ya su vez el trasnochado estado del complejo militar-industrial de Occidente. No en vano el secretario de Defensa de la Administración de Kennedy, Robert McNamara, subrayó ya en 1962 que «Occidente tiene un complejo militar-industrial, Rusia es un complejo militar-industrial».

La ofensiva de primavera

El reto ante las esperadas ofensivas de primavera de este año es doble; por una parte, poner en marcha las cadenas de producción al ritmo del desgaste de la guerra, y por otra parte dinamizar y engrasar los trenes logísticos para formar, mantener y ejecutar esa proyección de fuerza por parte del Ejército ucraniano y así garantizar la eficacia del material occidental en las operaciones de teatro y la supervivencia del régimen de Kiev a medio-largo plazo.

Esto es así, porque su retaguardia y trenes de suministro están protegidos de operaciones ucranianas y su industria militar ya ésta engrasada para una guerra convencional pues nunca se desmontó tras el fin de la Guerra Fría . Las levas de septiembre y de enero por parte de Moscú garantizan unos 300.000-400.000 efectivos disponibles para avasallar al efectivo, pero parco Ejército ucraniano y mantener el ratio de tres a uno necesario para seguir con la ofensiva de desgaste que comenzó hace casi un mes.

Por su parte Kiev, con líneas de suministro vulnerables y una menor población movilizada, no puede afrontar una derrota táctica en el frente pues expondría sus frágiles líneas a una ruptura estratégica que permitiría a los rusos flanquear y envolver al grueso del contingente ucraniano concentrado en la bolsa de Bajmut.

Para evitar este colapso Kiev tiene dos opciones; o una retirada estratégica a un frente más corto y asumible a unos 45-60 km de profundidad y así forzar a los rusos a exponer sus fuerzas a la superior tecnología occidental en las llanuras próximas a Dniéper y aspirar a destrozarlas; o continuar con el desgaste eterno de los rusos en el enclave de Bajmut.

Para lograr esto último Kiev y sus aliados de la OTAN necesitan asegurar el suministro vital constante de munición, plataformas, comida, agua, combustible y soldados para sostener el esfuerzo bélico de Ucrania en el este durante los próximos meses.

La propaganda de ambos contendientes esta convirtiendo la bolsa de Bajmut en el «Verdún» y/o «Stalingrado» de esta guerra y ambos sistemas apuestan fuerte de que en este teatro militar se juega el resultado final del conflicto. Una apuesta política más arriesgada para Kiev que para Moscú dada la conexión de fuerzas sobre el terreno y la longitud de suministros y logística pobre de los ucranianos.

Cifras y letras de armamento

Los números son contundentes, a pesar de un esfuerzo considerable, principalmente de Estados Unidos, pero también de los aliados de la OTAN se han materializado hasta la fecha unos 5.000 misiles Javelin , 1.400 Stingers, 7.000 obuses, 64 carros de combate y un millón y medio de proyectiles de artilleria 155mm., por citar el material mas necesario para Kiev.

A 24 de marzo Ucrania tiene, según el Pentágono, existencias para unas seis semanas más. Las promesas de material por parte de aliados de la OTAN son impresionantes y generosas, pero no se han materializado aún (por ejemplo, suman hasta la fecha 72 carros de combate ) y se estima que tardarían entre cuatro a seis meses en llegar al frente. Aunque lleguen quizás no sean suficientes pues para cualquier operación defensiva se planificarán unos 250 y para pasar a la ofensiva se necesitarían unos 400-500.

Lockheed Martin que produce los misiles Javelin anuncia que puede reemplazar en un año las 6.000 unidades gastadas

Otro ejemplo entre las declaraciones y la realidad es la falta de conversión de empresas occidentales para suministro de material militar, Lockheed Martin que produce los misiles Javelin anuncia que puede reemplazar en un año las 6.000 unidades gastadas si los pedidos les llegan, ellos pueden suministrar más unidades si modifican sus cadenas de producción, pero si no hay pedidos no tomaran una decisión estratégica tan contundente para su empresa. Ucrania necesita 60 jabalinas al día.

El presidente Zelenski ya ha avisado que esta discrepancia entre las promesas y la realidad y la lentitud en la entrega puede ser letal para Ucrania. Recientemente declaró que «Rusia espera alargar la guerra para agotar a nuestras fuerzas armadas y necesitamos material y armas ahora y no en seis meses como prometieron que se entregaran las baterías Patriot por parte de Alemania, Holanda y Estados Unidos» .

Esto solo para mantener la estrategia vigente de contener al Ejército ruso, pues Kiev y la OTAN todavía considerando la guerra como una operación defensiva y limitada al teatro de Ucrania post 2014. Si Ucrania aspira a ganar la guerra y opta por una estrategia ofensiva el problema logística ya entra en otra dimensión de economías de escala que alargarían en conflicto por lo menos dos o tres años. Un riesgo que nadie, salvo Moscú , parece dispuesto a asumir.