Irlanda del Norte se blinda ante la decisiva visita de Joe Biden para respaldar el Acuerdo del Viernes Santo
Biden llegará este martes a un Belfast fortificado para garantizar su seguridad durante los actos de conmemoración del 25 aniversario del acuerdo de paz en Irlanda del Norte
El presidente de Estados Unidos tiene un vínculo especial con Irlanda. Su madre era irlandesa y el actual inquilino de la Casa Blanca siempre se ha expresado comprometido con la solución pacífica a la violencia en Irlanda del Norte.
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Con motivo de los actos de conmemoración del 25 aniversario de los Acuerdos del Viernes Santo que pusieron fin a décadas de violencia entre los republicanos nordirlandeses partidarios de la reunificación con la República de Irlanda, y los unionistas defensores de la integración de Irlanda del Norte en Reino Unido, Biden llegará este martes por la noche a Belfast.
El presidente iniciará en la capital nordirlandesa una gira de cuatro días que también le llevará a la República de Irlanda.
De esta manera, Biden pretende respaldar la vigencia de los Acuerdos del Viernes Santo en un momento de tensión debido a las consecuencias del Brexit que amenaza con revivir los enfrentamientos entre republicanos y unionistas probritánicos.
En ese sentido, la visita de Biden podría ser esencial para el mantenimiento de la paz. La Irlanda del Norte de hoy no es la misma que la Irlanda del Norte de 1998, cuando se adoptó el acuerdo de paz.
Entonces, la población protestante probritánica era mayoritaria y la violencia terrorista por parte del IRA y de milicias probritánicas era constante.
Hoy el mapa es muy diferente: el Sinn Fein (independentistas nordirlandeses partidarios de la unión con la República de Irlanda) ganaron las últimas elecciones, aunque no han logrado formar gobierno.
La actividad terrorista se ha erradicado, aunque debido a las tensiones del Brexit han resurgido grupúsculos violentos que amenazan con una nueva escalada.
El peso demográfico de los católicos ha aumentado de forma espectacular en los últimos años, y podría convertirse en la comunidad dominante en los próximos diez años.
Además, la división ideológica entre republicanos y unionistas probritánicos se ha vuelto difusa. Algunos católicos ahora se identifican con posturas probritánicas y, al mismo tiempo, protestantes se han vuelto partidarios de la reunificación con la República de Irlanda como forma de regresar a la Unión Europea.
Asimismo, la importancia de las posturas republicanas frente a las probirtánicas ha disminuido en favor de posturas sociales.
La cuestión identitaria ha dado paso a otras preocupaciones, como el desempleo, las pensiones o la sanidad.
Los muros divisorios construidos durante las décadas de mayor intensidad de los enfrentamientos violentos para dividir a las comunidades católica y protestante son las cicatrices que mantienen vivo el recuerdo.
Cicatrices que recuerdan que, pese a la paz que ha traído el Acuerdo del Viernes Santo, aún no se puede hablar de reconciliación entre nordirlandeses.
Irlanda del Norte, en cualquier caso, no quiere sorpresas durante la visita de Biden y ha blindado Belfast con un fuerte dispositivo de seguridad.
Según informó Efe, las fuerzas de seguridad mantienen acordonadas varias calles del centro de Belfast. El dispositivo, además, se ha reforzado con efectivos policiales llegados desde el Reino Unidos.