Una nueva brigada de asalto: punta de lanza para la contraofensiva ucraniana

En un bosque cerca de Kiev, una brigada de asalto se entrena con el objetivo de «destruir a las tropas rusas», de cara a una contraofensiva que Ucrania lleva semanas prometiendo.

En un claro, en medio de un pinar, con la cara pintada de camuflaje y con pasamontañas, los exploradores de la brigada Bureviy («tormenta» en ucraniano) interpretan el papel del «enemigo»: se meten en aguas pantanosas y se esconden, mezclándose con el entorno.

Otro grupo, que encarna a los soldados ucranianos, lanza un ataque sorpresa, disparando al blanco y lanzando granadas de humo.

A esta brigada de asalto –que forma parte de la Guardia Nacional ucraniana– también se la conoce por el nombre de «Primera brigada presidencial» y esta semana, el jefe del Estado, Volodimir Zelenski, ensalzó su «resiliencia».

Otro nombre que recibe la unidad es el de «brigada para la eliminación de soldados rusos».

El Ministerio del Interior anunció en febrero la creación de varias formaciones militares «de ataque», incluida la Bureviy, lideradas por la Guardia Nacional, la policía y los guardias fronterizos.

El ministerio subrayó que los voluntarios podrían incorporarse a esas brigadas, que tienen nombres tan llamativos como «Espartano», «Frontera de acero» o «Rabia». Las cerca de 23.000 personas que solicitaron adherirse «reforzarán» al Ejército ucraniano «durante la ofensiva que está por llegar».

Más de un año después de que empezara la invasión rusa, Ucrania insiste en retomar por las armas el conjunto de sus territorios ocupados por Rusia, incluyendo la península de Crimea, que Moscú se anexionó en 2014.

«Ha llegado el momento de recuperar lo que nos pertenece», reza la página web de reclutamiento de miembros de la Guardia Nacional.

Una publicidad en línea de la brigada Bureviy advierte: «¡Ocupantes, se acerca una tormenta!».

«Reconquistar lo que nos quitaron»

«Al inicio de la guerra, adoptamos una postura defensiva. Nuestra tarea era contener al enemigo», explica a Afp uno de los miembros de Bureviy, Taras (41 años), que se enroló poco después de que empezara la ofensiva rusa, en febrero de 2022.

Desde entonces, ha combatido en varios puntos del este de Ucrania, como Bajmut y Severodonetsk.

«Ahora, hay que pasar a la contraofensiva. Hay que reconquistar lo que nos quitaron», señala Taras, exdirector de una fábrica de puertas blindadas.

Aunque ahora tenga otro nombre, la historia de su brigada se remonta a 2014, cuando, quienes participaron en la revuelta proocidental del Maidán, en Kiev, se fueron a combatir contra los separatistas prorrusos del este de Ucrania.

Ahora, la unidad se ha vuelto más profesional y las autoridades le han destinado recursos, gracias al apoyo de los países occidentales.

Todos sus especialistas, como los médicos militares, se forman en el extranjero, cuenta Taras. «Hay un aprovisionamiento completo de uniformes, chalecos antibalas y cascos», explica, asegurando que tienen «alta la moral».

Según un oficial de inteligencia, de 21 años, y que responde al nombre de guerra de «Bazooka», los efectivos de la brigada se han «multiplicado por cuatro» y cuentan con «instructores occidentales».

El Ejército ucraniano afirma que preparó a sus soldados y almacenó municiones para su contraofensiva, pero todavía no se sabe cuándo empezará.

Taras calcula que, por lo menos, hasta que no pase un mes su brigada no irá al frente, pues los especialistas todavía se están entrenando en el extranjero.