Rusia expulsará de la Ucrania ocupada a los residentes que se nieguen a obtener la ciudadanía rusa

El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó el 27 de abril un decreto para imponer la ciudadanía rusa a los ucranianos que viven en los territorios ocupados por Rusia en Ucrania.

En virtud del decreto, aquellos ucranianos de las regiones ocupadas de Jersón, Zaporiyia, Lugansk y Donetsk que se nieguen a solicitar el pasaporte ruso y a jurar lealtad a Putin, serán considerados extranjeros y podrían ser expulsados y deportados.

En el decreto se establece como fecha límite el 1 de julio de 2024 para que aquellos que decidan mantener la ciudadanía ucraniana y renunciar a la rusa abandonen sus hogares y los territorios ocupados.

A partir de entonces, pueden ser detenidos y deportados por las autoridades de ocupación impuestas por el Kremlin. Asimismo, sus propiedades serán incautadas.

Asimismo, en una cláusula anexa al decreto se impone la deportación para todos aquellos que representen «una amenaza para la seguridad nacional de Rusia» o que promuevan «un cambio forzoso de los cimientos de orden constitucional» de Rusia.

Según el decreto, pasarán a ser extranjeros aquellos ucranianos que «declaren su deseo de conservar su ciudadanía existente o permanecer como apátridas», negándose a jurar la ciudadanía rusa.

Los gobernadores de los territorios ocupados nombrados por Rusia han respaldado el decreto. El gobernador prorruso de Zaporiyia, Yevhen Balitsky, se comprometió a que todos los ciudadanos de su región tengan pasaporte ruso antes del 9 de mayo.

Según The Kyiv Post, la medida está destinada a contrarrestar el poco entusiasmo entre la población local por las nuevas autoridades de ocupación.

Según el diario ucraniano, la tasa de pasaportes rusos entre los ucranianos que viven en territorios ocupados es muy baja, lo que lleva a las autoridades prorrusas a presionar aún más a los residentes locales para que acepten la ocupación y se sometan al Kremlin.

La medida, asimismo, está en línea también con la estrategia de sustitución étnica emprendida por el Kremlin en la Ucrania ocupada.

Según reveló la viceministra ucraniana de Defensa, Hanna Malyar, Rusia está trasladando a Ucrania a población rusa procedente de zonas pobres y remotas de la Federación para repoblar áreas que han quedado despobladas de Ucrania por la guerra.

Son zonas, principalmente en el Donbás, cuya población local ha huido, muerto o que ha sido deportada a la Federación Rusa.

«El gobierno de la Federación Rusa inició el reasentamiento a gran escala de un número significativo de personas de diversos orígenes, en su mayoría, pobres de regiones remotas de Rusia», denunció Malyar.

Las autoridades rusas tratan de incentivar estos traslados masivos de población con ayudas a la compra de vivienda, empleos y ayudas sociales.