Nuevas investigaciones sobre el Nord Stream apuntan a Ucrania como responsable de la explosión

las últimas investigaciones realizadas por varios medios alemanes refuerzan la teoría de que Ucrania podría estar detrás de las explosiones que dañaron los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2, el pasado mes de septiembre.

El vacío de información oficial se ha llenado con especulaciones que atribuyen la autoría a Estados Unidos, Rusia, los servicios secretos ucranianos y un empresario ucraniano anónimo. Los tres países, sin embargo, han negado cualquier responsabilidad.

Las pesquisas, realizada de manera conjunta por Norddeutscher Rundfunk (NDR), Westdeutscher Rundfunk (WDR), el periódico Süddeutsche Zeitung, entre otros medios internacionales apuntan al yate de vela Andrómeda, una embarcación que ya fue vinculada a las explosiones en marzo.

La principal línea de investigación señala que el yate atracó en el puerto deportivo de la pequeña isla danesa de Christianso –cerca de donde estallaron las tres bombas– en los días previos al sabotaje. Posteriormente se encontraron en el barco restos de explosivos «de grado militar y desplegables bajo el agua».

La teoría sostiene que cinco hombres y una mujer viajaron a Alemania con pasaportes búlgaros y rumanos falsos y luego utilizaron esta embarcación, de 15 metros de largo, que supuestamente fue alquilada por una agencia de viajes llamada Feeria Lwowa, con sede en Varsovia (Polonia). El yate sirvió de plataforma para que un par de buzos entrenados colocaran los explosivos a unos 70 metros de profundidad.

Las autoridades alemanas defienden que el ataque sólo pudo llevarse a cabo con ayuda de un servicio de seguridad del Estado y han descubierto pruebas que podrían apuntar a una implicación ucraniana, según revela el diario Süddeutsche Zeitung.

La principal pista que refuta la autoría ucraniana es la que conduce a Feeria Lwowa, una empresa fantasma fundada por dos ucranianos en Varsovia, que actúa como agencia de viajes. Asimismo, el informe también sugería que la Policía alemana había apuntando a otros dos ciudadanos ucranianos no identificados, procedentes respectivamente de ciudades cercanas a Kiev y Odesa, como posibles miembros de la tripulación del yate. Uno de ellos, un hombre de 26 años, habría servido en el Ejército ucraniano.

Sin embargo, los analistas de seguridad han expresado sus dudas de que una operación de esta magnitud pudiera haber sido ejecutada con éxito por un grupo tan reducido de personas a bordo de una embarcación tan pequeña sin submarino. Por lo que, a falta de los resultados de las investigaciones oficiales, por ahora sólo existen teorías e hipótesis.