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El líder del partido italiano Forza Italia, el senador Silvio BerlusconiAFP

Fin de una era  Las mil y una caras de Silvio Berlusconi

Berlusconi cum laude, magnate, primer ministro, playboy, masón, mujeriego, tramposo... El hombre más rico de Italia ha muerto este lunes a los 86 años

¿Cuántas versiones hay de Silvio Berlusconi? Tantas como actividades desarrolló a lo largo de sus 86 años. El hombre más rico de Italia, según la revista Forbes, a lo largo de su vida supo ponerse –y quitarse– los trajes que mejor le ajustaban para alcanzar sus objetivos.

Berlusconi cum laude en la universidad de Derecho, Berlusconi empresario para amasar una fortuna que su familia, de clase media, nunca soñó poseer; Berlusconi playboy por naturaleza propia; Berlusconi empresario, periodista y magnate de los medios de comunicación; Berlusconi primer ministro de Italia, Berlusconi masón o miembro de la mafia… La lista de caras y caretas del hombre que murió con las botas de guerrero puestas es un suma y sigue.

Con faldas y a lo loco

El Berlusconi que está fresco en la memoria popular del mundo es el de con faldas y a lo loco. El de tres matrimonios y cinco hijos que no fueron suficiente para un animal político, insaciable en la tribuna y de bajos y perversos instintos de cintura para abajo. Ese Berlusconi, el menorero, fue condenado a siete años de prisión, pero la fortuna –y la suerte– siempre le ayudaron a salir de los apuros, judiciales y de los otros.

Su costumbre era hacerlo con la cabeza alta aunque alguno, como Massimo Tartaglia, se la bajara de un trompazo con una estatuilla y le mandara directo al hospital. Le rompió la boca, en sentido literal y le fisuró el tabique nasal.

Ese Berlusconi, el de las pasiones a favor y en contra, es el que tuvo a Italia, en su faceta en el Ejecutivo y en la oposición, en un constante temblor telúrico. Los reproches se acumulaban, y su estancia en el Palacio Chigi fueron una montaña rusa con las complejas coaliciones de gobierno que formó.

Ambicioso y un olfato formidable para descubrir dónde estaba el dinero y el poder, Berlusconi era un perro de presa

Ambicioso, con incontinencia verbal y un olfato formidable para descubrir dónde estaba el dinero y el poder, el Berlusconi perro de presa rara vez dejó escapar un negocio rentable. Llegó a controlar los tres canales estatales de la RAI y otros tantos de Mediaset, su emporio de comunicación; la productora Endemol y Tele 5. En prensa escrita Il Giornale, La República (grupo Mondadori), L´Espresso y Panorama, estuvieron bajo su batuta.

El fútbol como espectáculo y negocio que mueve a las masas de cualquier origen, tendencia y nacionalidad, de la noche a la mañana, le encontró en el terreno de juego de la organización. Quizás le hubiera gustado ser Florentino Pérez, pero eligió comprar el equipo Associazione Calcio Milan y hacerse el amo y señor del Atlético Monzón.

No tuvo el éxito con ninguno, ni de cerca de Mauricio Macri con Boca Juniors, (tenían muy buena relación), pero le sirvió como entrenamiento y trampolín para consolidar una popularidad en ascenso.

Sus gobiernos

El Berlusconi en el Ejecutivo fue tres veces primer ministro y titular de la Cartera de Exteriores. Su don de gentes y simpatía, modelo Carlos Menem (le comparaban con él), le despejaba el camino para tender puentes con personajes antipáticos, fríos, distantes y criminales. Vladimir Putin fue uno de ellos. Leal a la amistad nunca renegó de él y hasta le justificó, con matices, por invadir Ucrania.

Il Cavalieri era más truhan que señor pero nadie sobre la tierra le podía acusar de vago

Il Cavalieri era más truhan que señor pero nadie sobre la tierra le podía acusar de ser un vago. La distinción por la que se le conocía en la prensa respondía a la concesión de la Orden del Mérito del Trabajo. Ironías de la historia o reacciones absurda, fue despojado de la condecoración cuando comenzaron a flotar los asuntos sucios de finanzas y de sexo que le colocaron en las portadas de la prensa de todo el mundo.

Ese otro Berlusconi, el de las trampas, el trilero de finanzas de alto vuelo, en 2013 aterrizó en la justicia con una condena de cuatro años de prisión por fraude fiscal. Dinero y sexo se mezclaron en el banquillo y otros siete años le adjudicó un juez por prostitución de menores en aquellas orgías bunga-bunga. De nuevo la fortuna le sonreiría y una instancia superior anularía la condena del llamado Rubygate (la rompecorazones), al considerar el tribunal que el octogenario no tenía porque saber que la cría era menor de edad.

Entre la P2 y la Ndrangheta

Entre la leyenda y la realidad a Silvio Berlusconi le identificaban como miembro de la logia masónica Propaganda Due (P2), pero también con la mafia N Mdrangheta.

Fue diputado, por diferentes distritos, entre 1994 y 2013; senador de la República del 2013 al 2022; presidente de turno del Consejo Europeo en 2003; diputado del Parlamento Europeo entre 2001 y 2022, ministro de Asuntos Exteriores de 2015 al 2002 y presidente de Forza Italia hasta el último día de su vida. Primer ministro en tres ocasiones, la última fue, entre2008 y 2011, con Giorgio Napolitano de presidente.

Su coalición con Giorgia Meloni, la única mujer que le puso límites, no le sirvió a Berlusconi para ocupar una Cartera, pero la suya propia le compensaba el disgusto al tenerla repleta de euros.

Ese rostro, el del multimillonario, cerraba la cuadratura del círculo de un perfil retocado por el bisturí de la estética, de los años y en su última etapa, de la leucemia que se lo terminó llevando.