La oposición de Brasil desafía a Lula a escuchar en el Congreso a la proscrita María Corina Machado

La equidistancia, por no hablar de apoyo desembozado, de Luiz Inacio Lula Da Silva al régimen de Maduro no parece que le vaya a salir, como hasta ahora, gratis. Las declaraciones en las que expresaba su total ignorancia a la proscripción de candidatos en Venezuela y en especial a la de la favorita, María Corina Machado, han encontrado respuesta rápida en la oposición: el Senado convocó a la política venezolana a participar, en remoto, en una sesión para que explique su caso.

La oposición aprovechó la ocasión para «invitar» al presidente Lula da Silva, a escuchar la intervención en el hemiciclo de la última candidata inhabilitada por la dictadura bolivariana. Pero Lula, hábil y viejo experto en escurrirse como un calamar opera en las sombras para que esa audiencia no se celebre.

Al menos, eso es lo que denuncia Sergio Moro, senador, ex ministro de Justicia de Jair Bolsonaro y el juez que le condenó en dos causas de corrupción que quedaron anuladas, no porque el líder del PT (Partido de los Trabajadores) fuera inocente, sino por errores procesales y de competencia.

La invitación a Lula la realizo Moro en un irónico mensaje en su cuenta de Twitter. El senador que salió tarifando del gabinete de Bolsonaro y que un día soñó con poder alcanzar la Presidencia por el partido conservador Unión Brasil, lo hizo en un tono burlón o desafiante, según se mire.

«Voy a invitar al presidente Lula a participar en la audiencia con María Corina Machado que aprobamos en el Senado», escribió Moro en un mensaje que publicó –y recoge Efe– junto con una noticia sobre las declaraciones en las que el viejo sindicalista asegura, sin ruborizarse, no tener detalles sobre la inhabilitación de candidatos opositores en Venezuela.

Lula realizó esas declaraciones durante la Cumbre del Mercosur (Mercado Común Suramericano) que se celebró el martes en la ciudad argentina de Puerto Iguazú. Los presidentes de Uruguay, Luis Lacalle Pou y de Paraguay, todavía en ejercicio, Mario Abdo Benítez, como es habitual, alzaron la voz en contra de los atropellos y crímenes de la dictadura venezolana. Ambos exigieron que cesara la persecución y proscripción de Nicolás Maduro a los candidatos de unas elecciones que no terminan de verse claras en el oscuro horizonte del país.

El presidente de Brasil, que ya pidió el voto para Maduro en las elecciones del año 2013, se hizo el distraído y respondió: «Sobre Venezuela, todos los problemas que hay con la democracia no los escondemos, los enfrentamos. No conozco los pormenores de los problemas con candidatos, pero pretendo enterarme».

Inverosimil que Lula desconozca lo que sucede con María Corina Machado y el resto de los inhabilitados, Moro optó por lanzar varios tuits donde cuestionaba su conducta. El actual senador informó también por las redes sociales que, tras superar la resistencia de algunos parlamentarios oficialistas que responden a Lula, consiguió que el Senado aprobara la audiencia para que María Corina Machado sea escuchada en el Congreso brasileño.

La solicitud la presentó Moro el pasado mes de mayo, antes de que las encuestas se dispararan a favor de la mujer que tuvo que someterse a una intervención facial tras recibir una paliza de los agentes del régimen. Maduro todavía no la consideraba una amenaza y aún no había dado el paso de expulsarla de la carrera de obstáculos a las elecciones de 2024.

La Contraloría General de Venezuela, tutelada por el gobierno, anunció el viernes que Machado, quedaba inhabilitada para competir por un cargo de elección popular por un total de 15 años. Eso, en teoría, la impediría presentarse ala primarias de octubre. Sin embargo, ella anunció que lo hará igualmente.

Relaciones con Venezuela

La petición de la oposición para que el Congreso brasileño escuche a Machado fue presentada, exactamente y como recuerda Efe, el 30 de mayo. Ese día, Nicolás Maduro, protagonizaba una visita oficial a Brasil antes de participar en la cumbre de jefes de Estado de los países sudamericanos en Brasilia.

Se trató de la primera visita oficial desde que Lula restableció las relaciones con Venezuela, rotas luego de que el Gobierno de Bolsonaro acusara a Maduro de dictador y responsable del terrorismo de Estado que ejerce el régimen.

Lo «relativo» de la democracia

La oposición le reprochó entonces a Lula haber «pisoteado» la democracia por recibir con honores de Estado a un «dictador» y de haber minimizado las violaciones de los derechos humanos en el país vecino.

Las críticas aumentaron la semana pasada al insistir el presidente de Brasil en defender a Maduro y afirmara que el concepto de «democracia» es «relativo».