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BRICS Johannesburgo

Todo listo en Johannesburgo para la reunión de los BRICSEFE

Los BRICS reclamarán en Johannesburgo su sitio en un mundo polarizado

La creciente influencia de Rusia en los BRICS hace difícil que este bloque logre autonomía frente a los intereses del Kremlin

Los mandatarios de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) buscarán esta semana en Johannesburgo que este bloque que representa casi un cuarto del PIB mundial tenga mayor peso económico y proyección política global.

El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, recibirá a sus pares de China y Brasil, Xi Jinping y Luiz Inácio Lula da Silva, y al primer ministro indio, Narendra Modi, para participar a partir del martes en la cumbre anual de tres días.

También se sumará por videoconferencia el presidente ruso Vladimir Putin, bajo un mandato de arresto de la Corte Penal Internacional que, en teoría, Sudáfrica debe acatar. Su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, viajará en su lugar a Johannesburgo.

Los BRICS, formado por las mayores potencias emergentes, con miles de millones de habitantes, consideran que el orden mundial está al servicio de los intereses de las ricas potencias occidentales y que eso debe cambiar.

«El sistema tradicional de gobernanza mundial se ha vuelto disfuncional, deficiente y carece de acciones», declaró el viernes el embajador chino en Sudáfrica, Chen Xiaodong.

Los BRICS «se están convirtiendo cada vez más en una fuerza incondicional en defensa de la justicia internacional», añadió.

El bloque, pese a las grandes disparidades entre sus cinco miembros, genera un interés creciente.

Al menos 40 países han expresado su deseo de unirse al club y 23 de ellos ya presentaron formalmente su solicitud de adhesión.

Mundo polarizado

Según el embajador de Sudáfrica para Asia y los BRICS, Anil Sooklal, ese interés se explica por el «mundo muy polarizado en el que vivimos, que se ha polarizado aún más por la crisis entre Rusia y Ucrania y en el que los países se ven obligados a tomar partido».

«Los países del Sur no quieren que les digan a quién apoyar, cómo comportarse y cómo encargarse de sus asuntos soberanos. Ahora son lo bastante fuertes como para hacer valer sus respectivas posiciones», dijo Sooklal el viernes a Afp.

Por ello, agregó, los BRICS se han convertido en una esperanza para los países que buscan reestructurar la «arquitectura» mundial.

Lebogang Legodi, profesor de política internacional en la Universidad de Limpopo, coincide en que muchos países que buscan adherir al grupo «ven a los BRICS como una alternativa a la hegemonía actual».

En una muestra de interés por la agrupación, otros 50 líderes asistirán durante la cumbre a un programa llamado «amigos de los BRICS».

La decisión de sumar nuevos miembros a los BRICS se tomará al final de la cumbre, según Sooklal.

Para el presidente sudafricano, el hecho de que 50 jefes de Estado viajen al país a raíz de la cumbre «demuestra la influencia y el impacto de Sudáfrica» en el mundo. «Vamos a tener una fantástica cumbre de los BRICS», celebró.

Los expertos que siguen de cerca a los BRICS no se muestran tan optimistas sobre los resultados de la cita.

«No creo que esta cumbre arroje resultados tan espectaculares porque el poder sigue estando en manos de los países occidentales. China está creciendo, pero aún no es la potencia dominante», apuntó Gruzd, del Instituto Sudafricano de Relaciones Internacionales.

Los BRICS nacieron en 2009 y representan actualmente el 23 % del PIB mundial, el 42 % de la población y más del 16 % del comercio mundial.

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