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El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky

El presidente ucraniano, Volodimir ZelenskyAFP

555 días de guerra en Ucrania

Zelenski insiste en rechazar toda negociación con Rusia: «La palabra de Putin no vale nada»

Ucrania insiste en su plan de paz de 10 puntos que implica la salida de las tropas rusas de todo el territorio ucraniano

Tensión en Ucrania. El gobierno y el alto mando saben que se encuentran en un momento decisivo para el futuro de la nación.

Con la invasión rusa frenada, las fuerzas de ocupación atrincheradas y con Kiev tomando la iniciativa pero haciendo grandes esfuerzos –y sacrificios– para sacar adelante la contraofensiva, Zelenski sabe que el tiempo se agota.

Hay una fecha en el horizonte: noviembre de 2024. En ese mes, Estados Unidos celebrará nuevas elecciones presidenciales. Si gana el candidato republicano –sea Trump o cualquiera de sus competidores en las primarias republicanas– saben que la primera democracia del mundo les retirará el apoyo financiero y material y les obligará a alcanzar un acuerdo de paz desfavorable.

Pero es que incluso si Joe Biden resulta reelegido, Estados Unidos –alcanzado el objetivo de debilitar a Rusia hasta convertirla en una nación paria y una potencia de tercera– podría forzar a Zelenski a aceptar la solución «paz por territorios», y conceder a Putin el «caramelo imperial» como premio de consolación.

Mientras las fuerzas ucranianas se esfuerzas por avanzar todo lo posible y romper las líneas rusas, el presidente Volodimir Zelenski se esfuerza en la vía diplomática.

Además de su efectiva campaña para que su plan de paz de 10 puntos –que implica la salida de las tropas rusas de todo el territorio ucraniano, incluida Crimea–, insiste en que toda negociación con Rusia será imposible mientras haya tropas rusas en Ucrania y mientras Putin siga sentado en el trono de los zares.

Zelenski se refirió a los últimos sucesos en Rusia, con el goteo de muertes en extrañas circunstancias de funcionarios críticos con la estrategia del Kremlin y, en particular, con la muerte del jefe del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, en un accidente aéreo el 23 de agosto sobre el que se cierne la sombra del asesinato político dictado por Moscú.

Señaló el presidente ucraniano en un discurso recogido por Ukrinform que existen muchos indicios que apuntan a que Putin está ordenando la muerte de funcionarios díscolos.

Y destaca la estrategia seguida en varias ocasiones por el gobierno: ofrece garantías de seguridad a los críticos a cambio de su silencio y luego los ejecuta.

Es lo que ocurrió con Prigozhin. Tras el fracaso del motín del Grupo Wagner en junio, Putin prometió a Prigozhin que respetaría su vida, sus negocios y su influencia, a cambio de que retirara a sus mercenarios y se centrara en África.

Dos meses después Prigozhin moría, junto con toda la cúpula del Grupo Wagner, en el accidente de avión y comenzaba el desmantelamiento del grupo de mercenarios.

Ese modo de proceder, señala Zelenski, imposibilita toda negociación con Putin: «La palabra de Putin no vale nada», destacó.

«Su palabra es débil». «¿Es posible negociar con Putin? Creo que no, de ninguna manera, porque no cumple su palabra. Da igual a quién dé esa palabra: a sus terroristas, a líderes políticos dentro o fuera de su Estado. No se puede confiar en la palabra de Putin, porque su palabra no vale nada», defendió.

Para que ello sea posible, es fundamental que la actual contraofensiva ucraniana tenga éxito, pero el presidente Zelenski también es consciente de que lograr los objetivos maximalistas del pueblo ucraniano –la recuperación del 100 % de su territorio soberano– es muy difícil por la vía militar, ya que tendría un precio demasiado alto, sobre todo en el caso de la liberación de la península de Crimea.

En ese sentido, Zelenski insistió en que «estamos a favor de que las tropas rusas abandonen la península sin a presión de nuestro Ejército, porque de eso modo habrá menos víctimas».

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