El ministro de Justicia belga dimite tras el atentado en Bruselas, que destapó fallos en sus deportaciones
Vincent van Quickenborne asumió «parte de la responsabilidad política», ya que el hombre que asesinó a dos suecos tenía una orden de expulsión desde 2022
Bélgica lleva en el punto de mira desde el lunes pasado, cuando un inmigrante ilegal armado asesinó a dos turistas suecos en Bruselas. El atentado reveló grietas en su sistema de deportaciones, ya que el hombre tenía una orden de deportación desde 2022.
Frente a este fracaso, el ministro de Justicia belga, Vincent van Quickenborne, ha dimitido, tras asumir parte de la responsabilidad del ataque.
La semana pasada, se descubrió que Túnez había pedido en agosto de 2022 la extradición de Abdesalam Lassoued, autor del atentado yihadista. Pero la solicitud no fue tramitada correctamente, y Lassoued permaneció en suelo belga hasta que la policía lo abatió tras el atentado. Frente a esta revelación, el primer ministro Alexander De Croo admitió que el gobierno belga «acepta su responsabilidad» por no haber extraditado al terrorista Lassoued de vuelta a Túnez.
Por su parte, Van Quickenborne presentó su renuncia como ministro de Justicia y adoptó una actitud similar. Durante una rueda de prensa en la que apareció visiblemente afectado, asumió la responsabilidad política del error.
«Es un error individual, monumental e inaceptable», declaró. Y a pesar de señalar la independencia del poder judicial, el ministro se disculpó por las «dramáticas consecuencias» que surgieron al no tramitarse la solicitud de extradición.
El fiscal general de Bruselas, Johan Delmulle, también estuvo presente y habló de una «lamentable combinación de circunstancias». Y Van Quickenborne quiso dejar claro que, desde el principio, se ha trabajado para aclarar todos los detalles relacionados con la situación irregular de Lassoued en Bélgica. Agregó también que el proceso de investigación continúa, y que se ha solicitado información a todos los organismos competentes.
Los fracasos del sistema
El caso de Lassoued ha puesto de manifiesto los fallos en el sistema de deportaciones belga y generado un intenso debate en el país sobre la eficacia de los procedimientos de seguimiento a personas radicalizadas. A pesar de que Lassoued no estaba en el radar de las autoridades, el hecho de que residiera en Bélgica pese a contar con una orden de expulsión que no le fue notificada ha sido provocado grandes críticas y polémicas.
Además, se ha revelado que Lassoued había presentado solicitudes de asilo en Noruega, Suecia, Italia y Bélgica. También llegó a residir en Suecia, donde cumplió una condena de prisión.
El atentado, que tuvo lugar en una calle medio céntrica de Bruselas, acabó con la vida de dos ciudadanos suecos y dejó a un tercero gravemente herido. Lassoued, quien residía ilegalmente en Bélgica desde octubre de 2022, abrió fuego contra tres seguidores de la selección de fútbol sueca con un arma de gran calibre. Tras la tragedia, el grupo terrorista Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad, afirmando que fue «en el contexto de operaciones llamadas por el Estado Islámico para atacar a nacionales de los países de la coalición».
El problema ha llegado hasta la Comisión Europea, que ha instado a los veintisiete a ser más eficientes a la hora de devolver a sus países de origen a los inmigrantes que no tengan derecho al asilo. Este llamado a la acción pone de manifiesto la necesidad de una cooperación más estrecha y eficaz entre los países miembros de la Unión Europea, para prevenir tragedias como la ocurrida en Bruselas.
El atentado y sus consecuencias han tocado profundamente a la sociedad belga y sueca. Van Quickenborne pidió disculpas sinceras a las víctimas, a sus seres queridos y al pueblo sueco. «Me gustaría pedir disculpas sinceras en nombre de la Justicia», expresó.
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