EE.UU. destaca un portaaviones nuclear en Corea en respuesta al lanzamiento de un satélite espía norcoreano
No habrá provocación sin respuesta. Esa es la filosofía de Estados Unidos y sus aliados en el extremo oriente asiático –Japón y Corea del Sur– frente a los constantes desafíos balísticos de Corea del Norte.
El último episodio de provocación del régimen comunista norcoreano ha sido el lanzamiento la semana pasada por parte de Piongyang de un satélite espía con el objetivo declarado de fotografiar instalaciones militares surcoreanas, japonesas y estadounidenses.
La respuesta no se ha hecho esperar: las fuerzas armadas de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón han celebrado ejercicios navales combinados como elemento de disuasión frente a Corea del Norte y sus constantes amenazas.
Los ejercicios han contado con la presencia del portaaviones nuclear USS Carl Vinson, de la US Navy en aguas de la isla de Jeju, en Corea del Sur.
Además del USS Carl Vinson, que arribó la semana pasada al puerto de Busan (unos 350 kilómetros al sureste de Seúl), en estos ejercicios de defensa aérea y marítima participaron el destructor surcoreano ROKS Sejong el Grande, el destructor nipón JS Kirisame y los destructores estadounidenses USS Kidd y USS Sterret.
«El ejercicio fue diseñado para fortalecer la cooperación entre la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur), Estados Unidos y Japón y sus capacidades operativas en un contexto en el que las amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte son cada vez más sofisticadas, tal y como demuestra el lanzamiento de un satélite de reconocimiento usando tecnología de misiles balísticos», explica el comunicado de la Marina surcoreana.
Pionyang lanzó el martes el mencionado satélite, una acción condenada por Seúl, Tokio y Washington, que han recordado que viola sanciones de la ONU, las cuales prohíben a Pionyang usar tecnología de misiles balísticos.
Tras el fracaso de las negociaciones sobre desnuclearización con Washington en 2019, Pionyang aprobó un plan de modernización armamentístico –que incluye desplegar satélites militares y ha implicado la realización de infinidad de pruebas de misiles– además de rechazar el reinicio del diálogo y buscar un mayor acercamiento con Pekín y Moscú.
Mientras, Seúl y Washington han reforzado la cooperación militar con Tokio y fortalecido su mecanismo de disuasión desplegando cada vez con más frecuencia activos estratégicos estadounidenses en la península, como es el caso del portaaviones USS Carl Vinson.