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08 de septiembre de 2024

Collage en el que aparecen el presidente de Irán, Ebrahim Raisi y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden

Collage en el que aparecen el presidente de Irán, Ebrahim Raisi y el presidente de Estados Unidos, Joe BidenEl Debate

Las tensiones entre EE.UU. e Irán se intensifican a la sombra de la guerra en Oriente Medio

La muerte de los tres soldados norteamericanos el pasado sábado en Jordania pone el foco de la situación en un nuevo escenario

La milicia Al Nujaba, una de las más prominentes de la Resistencia Islámica en Irak, celebró en un comunicado varios ataques que la agrupación lanzó el pasado fin de semana contra posiciones de EE.UU. en Siria e Irak, entre ellos uno dirigido contra la base de Al Tanf, en Siria, «que causó la muerte y heridas a más de 50 soldados norteamericanos».

Fue el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el que dio después la noticia de que tres de sus soldados habían muerto en Jordania en un ataque con drones. Lo hizo en un comunicado, expresando sus condolencias a los familiares de las víctimas. Además de añadir que habrá «represalias».

EE.UU. ya dio por muertos a dos comandos SEAL el 11 de enero

Estamos ante el primer ataque con drones que mata a uniformados estadounidenses, pero no es la primera vez desde el estallido de la guerra en la Franja de Gaza que mueren soldados estadounidenses como resultado de los ataques de las milicias proiraníes de Irak.

El pasado 11 de enero, dos agentes de las fuerzas especiales SEAL que desaparecieron en una operación para incautar armas iraníes destinadas a rebeldes hutíes de Yemen fueron declarados muertos después de diez días de búsqueda sin éxito.

Las milicias proiraníes de Irak han perpetrado más de un centenar de acciones contra posiciones de EE.UU. en Irak y en Siria desde el inicio del conflicto.

Rifirrafe con serias consecuencias

Tras el golpe de Hamás a Israel del 7 de octubre pasado y el inicio de la respuesta de Israel sobre Gaza, se han registrado ataques continuos a intereses estadounidenses desde Yemen o Irak, perpetrados por milicias afines al régimen iraní.

Esta situación ha generado complicaciones significativas en el comercio del Mar Rojo, llevando a empresas líderes a suspender temporalmente sus rutas por la zona. Hasta ahora, estos eventos han sido parte de un juego estratégico en la región, marcado por demostraciones de fuerza y provocaciones, con consecuencias controladas pero serias.

A pesar de que las tensiones se han mantenido en un punto de equilibrio, existe una chispa de peligro que ha llevado a la lamentable pérdida de vidas estadounidenses. Desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, las bases estadounidenses en Irak y Siria han sido blanco de más de 150 ataques, según informes de funcionarios estadounidenses citados por la BBC.

En respuesta, los ataques estadounidenses han sido limitados y «quirúrgicos», focalizándose principalmente en edificios, depósitos de armas e infraestructuras clave de los grupos señalados como responsables, con un enfoque particular en los hutíes.

Irán niega su implicación

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí, afirmó que su país no ha estado implicado «en las operaciones de los grupos de la resistencia en la región», tal y como aseguran Estados Unidos y Reino Unido.

Pero la realidad es que más de 25 soldados estadounidenses fueron heridos. «Si bien todavía estamos recopilando los hechos de este ataque, sabemos que fue llevado a cabo por grupos militantes radicales respaldados por Irán que operan en Siria e Irak», señaló Biden en el comunicado.

Irán capitanea el llamado Eje de la Resistencia, una alianza informal formada por organizaciones militantes como Hizbulá, los rebeldes hutíes, el movimiento islamista Hamás y la Yihad Islámica, entre otros grupos.

Teherán niega que estos actores actúen bajo sus órdenes y asegura que toman decisiones por su cuenta.

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