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Así es Kaja Kallas, el azote de Putin que se enfrenta a una orden de busca y captura de Rusia
La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, se ha convertido en un actor incómodo para los círculos del Kremlin y, especialmente, para el presidente ruso, Vladimir Putin. Como seria advertencia a la política, Rusia ha emitido una orden de busca y captura contra ella, que también se extiende al secretario de Estado de Estonia, Taimar Peterkop. Conocida como el azote de Putin, Kallas, de 46 años, nació en un país ocupado por la extinta Unión Soviética, muy consciente de la amenaza que representa las ansias expansionistas rusas.
Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, en febrero 2022, se ha mostrado especialmente crítica contra Moscú y férrea en su defensa a Kiev. Su papel en Europa ha sido tan determinante, durante estos dos años que dura la guerra, que su nombre se llegó a barajar como posible candidata a suceder al secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, quien finalmente optó por prorrogar su mandato al frente de la OTAN, al no haber conseguido un consenso entre los países aliados.
Kallas ha defendido contra viento y marea un endurecimiento de las sanciones contra Rusia, en el seno de la Unión Europea, así como un mayor suministro de armamento a Ucrania. Más ahora, cuando la ayuda de Estados Unidos al Gobierno de Volodimir Zelenski está en el aire y se ha convertido en una lucha entre el Partido Demócrata y el Republicano en el Senado. En enero de 2021, apenas un año antes de que estallara la guerra en el corazón del Viejo Continente, se convirtió en la primera mujer en encabezar el Gobierno del país báltico.
Un liderazgo que se ha visto reforzado tras ganar su partido –Partido de la Reforma Estonio– las elecciones legislativas celebradas en marzo del pasado año. Todo esto le ha costado a Kallas ser vista como una persona non grata en Rusia y le ha valido una orden de busca y captura. El medio de comunicación independiente ruso, MediaZona, ha realizado una intensa labor de investigación y ha buceado en la base de datos de la página web del Ministerio del Interior ruso donde el Kremlin mantiene una larga lista negra de políticos y funcionarios europeos.
La única diferencia es que Kallas es la única política que aparece en este eterno listado que ostenta el cargo de jefe de Estado de un país europeo. Rusia no ha ofrecido más detalles sobre las razones que le han llevado a emitir esta orden de busca y captura contra la mandataria estonia. Simplemente apuntan que existe un caso abierto contra Kallas en los tribunales del país. Desde MediaZona señalan que el motivo principal podría ser la orden de retirada de todos los monumentos soviéticos de las calles de Estonia.
En agosto de 2022, la primera ministra del país báltico mandó desmontar todas las esculturas por considerarlas «símbolos de la represión y la ocupación soviética». La política defendió que se habían «convertido en una creciente fuente de tensiones sociales» y que era su deber «reducir al mínimo el riesgo para el orden público». Aún así, explicó que aquellos monumentos que tuvieran valor histórico no serían destruidos, sino que serían trasladados a museos.
Kallas, desde que llegó al poder, ha intentado borrar todas las conexiones de Estonia con su pasado soviético, sobre todo, tras la invasión rusa de Ucrania, que volvió a despertar miedo de una guerra directa con Rusia. La primera ministra de Estonia no está sola en esta lista negra del Kremlin, también han engrosado las filas el Ministro de Agricultura de Letonia, Armands Krauze, el Ministro de Finanzas, Arvils Ašeradens, la Ministra de Justicia, Inese Lībiņa-Egnere, y el ministro de Cultura de Lituania, Simonas Kairys, además de numerosos funcionarios ucranianos.
La primera ministra estonia no ha dudado en responder y ha aseverado que está orden de busca y captura es una prueba de que está haciendo «lo correcto». «A lo largo de la historia, Rusia ha camuflado sus presiones detrás de las supuestas fuerzas del orden», ha publicado Kallas, en su cuenta de X, antes Twitter. Donde ha hablado de su historia familiar, estrechamente relacionada con los servicios de Inteligencia rusos.
«Mi abuela y mi madre fueron deportadas a Siberia, el KGB emitió la orden de detención. El Kremlin espera ahora que esta medida ayude a silenciarme a mí y a otros, pero no será así. Todo lo contrario. Seguiré apoyando firmemente a Ucrania. Seguiré defendiendo el aumento de la defensa de Europa», ha zanjado la mandataria.
Las sombras de Kallas
La mano dura de Kallas contra Putin flaqueó al verse inmiscuida en una polémica por los supuestos negocios de su marido con Rusia. El pasado verano, saltó la noticia de que su pareja, Arvo Hallik, había mantenido los negocios con Moscú una vez iniciada la invasión rusa de Ucrania. La primera ministra denunció que estas acusaciones formaban parte de una «caza de brujas» orquestada por la oposición y defendió que la empresa en cuestión, Stark Logistics, estaba ayudando a otra compañía estonia a concluir sus negocios en el país vecino.