Las dudas se ciernen sobre la muerte del pequeño Émile, cuyo caso continúa en un sombrío punto muerto
Tales son las distintas hipótesis que se manejan, que ni la aparición del cráneo este pasado fin de semana ha conseguido arrojar una mínima mota de luz sobre lo ocurrido
El caso de Émile recuerda a la desaparición de Yannis More en 1989 en circunstancias similares. Aquella investigación acabó siendo archivada
La muerte del pequeño Émile amenaza con convertirse en el caso más lúgubre que se recuerda en Francia en los últimos cincuenta años. La trágica desaparición del niño de dos años el pasado 8 de julio en Le Vernet –una pedanía de la Alta Provenza–, y cuyos restos se encontraron el pasado sábado en una zona ya rastreada, no hacen más que sembrar dudas sobre lo que le ocurrió verdaderamente al pequeño.
Un caso que conmociona a los franceses
Encuentran los restos de Émile Soleil, el niño de dos años desaparecido en Francia en julio
Tal es la incertidumbre y las distintas hipótesis que se han venido manejando, que ni la aparición del cráneo del menor este fin de semana ha conseguido arrojar una mínima mota de luz sobre lo ocurrido. Más teniendo en cuenta que tanto los restos –así como la ropa que el menor llevaba el día en el que desapareció– fueron encontrados en una zona ya conocida por los investigadores.
Por lo tanto, este último hallazgo, según el fiscal de Aix-en-Provence, Jean-Luc Blachon, no permite determinar el motivo del fallecimiento. «La causa de la muerte sigue sin explicarse. Ninguna hipótesis puede favorecerse sobre las otras» en el estado actual de la investigación, reconocía el representante del Ministerio Público.
De igual manera, Blachon detalló que el cráneo del pequeño presentaba restos de mordiscos, con «pequeñas fracturas y fisuras post mortem», aunque no son prueba suficiente para manifestar un posible «traumatismo» y, por consiguiente, una caída o un posible asesinato.
Tampoco se descarta por el momento que los huesos hallan podido ser trasladados después de las batidas de búsqueda del pequeño. «Podría tratarse de una intervención humana, de un fenómeno meteorológico que provoca cambios en el terreno, o incluso de un animal que habría transportado los huesos», indicaba la portavoz de la gendarmería a CNews.
Si bien, los huesos descubiertos han estado expuestos «un largo tiempo». Esto, unido a los cambios de temperatura que puede haber habido en la zona en los últimos meses no permiten revelar ni precisar la causa de la muerte.
Zona investigada meses atrás
La pequeña localidad de Le Vernet, situada a 1.200 metros de altitud, se trata de una localización rodeada de bosques y montañas. El fiscal detalló que la mujer que encontró los restos el pasado sábado hacía un recorrido por la zona a través de un camino estrecho por el que había pasado hacía un mes sin haber observado nada.
La zona en la que fueron encontrados los restos se encontraría a una media hora de donde desapareció el pequeño, un paraje con «mucha pendiente» y que en verano tiene «mucha vegetación».
Asimismo, el fiscal precisó que la zona está dentro del perímetro en el cual se realizaron varias batidas el pasado verano, pero reconoció que no se puede garantizar que entonces se cubriera «cada metro cuadrado» de la zona marcada, y también aventuró que las altas temperaturas pudieran haber perjudicado el trabajo de los perros rastreadores.
Dudas en el entorno más cercano
Tal como ha adelantado el diario Le Monde, desde el entorno del pequeño siguen manteniendo sus dudas sobre la información proporcionada por los investigadores. En concreto, la página de Facebook dedicada a la desaparición de Émile, cerca de la localidad, acaba de volver a funcionar con el descubrimiento del cráneo del niño.
Una reaparición que fue calificada por parte de los integrantes como «extraño» y «alucinante».
Caso similar tres décadas después
El caso de Émile retrotrae a la sociedad francesa a lo vivido en 1989. En aquel 2 de mayo Yannis More, un pequeño de Ganagobie –localidad situada a una hora de Le Vernet–, desapareció mientras jugaba con sus hermanos en una cabaña situada a escasos metros de su casa familiar. En un momento dato, los hermanos se movieron para jugar en otro sitio, momento en el que Yannis se quedó por detrás. Fue en aquel instante en el que se perdió su rastro.
Más de un año después de su desaparición se encontraron algunas de sus pertenencias debajo de una carretera. Finalmente, a pesar de las distintas hipótesis que se manejaron en aquel momento, el caso acabó siendo archivado.