El fantasma del candidato sustituto sobrevuela la Comisión Europea
El 9 de junio se vota, pero es solo el primer paso en la carrera para presidir Bruselas. Por delante quedan trampas, vallas y zancadillas
Ursula von der Leyen es la gran favorita para ganar las elecciones europeas del 9 de junio. El problema para ella es que será muy difícil que consiga convertir esa victoria en las urnas en una nueva legislatura al frente de la Comisión Europea. Bien lo sabe la alemana, porque hace cinco años ella fue la tapada de las negociaciones para acabar presidiendo en Bruselas.
Se ha sabido mover bien este tiempo por los pasillos de Bruselas. Aprendió pronto que en la capital de Europa lo que importa no es tanto la valía como los contactos y la capacidad para hacer favores, porque siempre habrá alguien que le deberá una en el momento adecuado. Se ha relacionado con la izquierda, con la derecha y con el centro, puntos a su favor a la hora de jugarse su reelección.
Una vez que se da por hecho que la alemana será la más votada en las urnas, cabe cuestionarse si será capaz de seguir en Bruselas. El fantasma del candidato sustituto planea sobre la Comisión, impulsado por aires que llegan desde Francia. No es ningún secreto que Macron quiere a alguien de su cuerda al frente del Ejecutivo europeo y lleva años detrás de ello, pero tiene claro que no se va a pillar los dedos para conseguirlo. Si ve la oportunidad, la aprovechará, pero no dejará tirada a Von der Leyen cuando esta le puede sacar de un apuro en cualquier momento.
Entre sombras, el líder del Elíseo postuló a Thierry Breton, uno de los hombres fuertes en Bruselas, encargado de la cartera de Mercado Interior, pero su nombre no cogió fuerza. Entonces dejó de lado su deseo de que el nuevo presidente fuera francés y apostó por una figura solvente como Mario Draghi. Sin abrir la boca, simplemente señalando con el dedo cuando nadie le veía.
Al principio se oían rumores que más tarde se materializaron en comentarios conforme se aproximaron las elecciones. Y el que terminó de confirmarlo fue Pascal Canfin, un eurodiputado de Renaissance con hilo directo con Macron, quien aseguró que a Francia y a todo el ecosistema presidencial le gustaría que Draghi desempeñara «un papel» cuando fue preguntado por el apoyo del Elíseo a Von der Leyen. Más claro, imposible.
Francia está alineada ideológicamente con Draghi y el italiano es visto en París como un posible aliado en una batalla económica con Estados Unidos y China. Sería un candidato ideal desde los ojos de Macron, pero el presidente francés no cuenta con que quizás no sea él quien tenga la llave para buscar un sustituto a Von der Leyen.
La alemana va a ganar las elecciones y podría buscar cobijo en la sombra que le dan los socialdemócratas, como ya hizo en 2019. O podría llamar a la puerta del ECR de Meloni, a quien ya le dedicó guiños durante el debate electoral del pasado jueves. Lo tendría difícil, eso sí, para conseguir el apoyo de los conservadores, que llevan cinco años criticándola por la Agenda 2030.
En cualquier caso, el 9 de junio se vota, pero ese será solo el primer paso en la carrera para presidir la Comisión Europea. Por delante quedan trampas, vallas y zancadillas.