Cual es la edad mínima para votar en Europa: no es igual en todos los países

El 9 de junio los europeos están llamados a las urnas para confeccionar el Parlamento Europeo de los próximos cinco años. Lo que parece a simple vista unos comicios unificados para la Eurocámara son son en realidad 27 sistemas de elección diferente, cada uno de ellos con sus propias salvedades que solo entienden en sus países. Como, por ejemplo, la edad a la que se permite votar en cada uno de los socios de la UE.

Países Bajos fue el primero en realizar sus votaciones el jueves 6, con una edad mínima de voto de 18 años, lo que se pide en la mayoría de los Estados. Sin embargo, su país vecino, Bélgica, no exige haber cumplido los 18 sino que con 16 se puede ejercer el voto. Eso sí, mientras para los que ya han cumplido la mayoría de edad el voto es obligatorio, los que tienen 16 o 17 pueden elegir si acudir o no a las urnas.

Tampoco Alemania exige tener 18 para votar, sino que con 16 se puede participar en las elecciones. Es curioso el caso de los germanos porque no ocurre así en todos sus comicios, sino que en las nacionales y regionales depende de cada una de las autonomías. Más hacia el sur, Austria es otro de los países que permite a los jóvenes de 16 años acudir a votar, al igual que Malta, que tampoco exige haber cumplido los 18.

Caso diferente es el de Grecia, donde sus jóvenes pueden votar con 16 o 17 años en función al día del año en que nacieron. Se exige cumplir los 17 en el año en el que se celebran las elecciones, por lo que los que nacieron a partir del 10 de junio votarán con 16 mientras que los lo hicieron antes ejercerán su derecho con 17. En cualquier caso, están llamados a las urnas todos los nacidos a partir del 1 de enero de 2007.

En Grecia, además, el voto es obligatorio, al igual que también en Luxemburgo, Bulgaria y Bélgica. Mientras que en el resto de la Unión, los ciudadanos pueden elegir si quieren votar o no.

Este desbarajuste se debe principalmente a que la competencia electoral no la rige Europa sino que la tienen cada uno de los Estados. Los países no quieren ceder su soberanía en este tipo de ámbitos y organizan sus propios comicios como mejor crean conveniente, por lo que entran en juego las comodidades de cada uno o las tradiciones.