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01 de julio de 2024

Aquilino Cayuela
AnálisisAquilino Cayuela

El «Día D» y el apoyo a Ucrania: ¿un aumento de escalada y hasta dónde?

Aunque las naciones de la OTAN niegan la posibilidad de intervención militar directa en el conflicto, desde el punto de vista de Estados Unidos y Europa se va abriendo paso, cada vez más, este argumento: «Sólo fijamos líneas rojas para nosotros, no para Putin»

Actualizada 04:30

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, junto al presidente francés, Emmanuel Macron, por la ceremonia del Día D

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, junto al presidente francés, Emmanuel Macron, por la ceremonia del Día DAFP

Aprovechando el 80º aniversario del «Día D» las grandes naciones occidentales y sus representantes han recuperado el recuerdo de la liberación del oeste europeo para reafirmarse en su apoyo a Ucrania. Volodimir Zelenski se ha reunido con varios dirigentes de otros países para sellar pactos y pedir un rápido cumplimiento de los compromisos asumidos. Concretamente, la presencia de Joe Biden ha agilizado que se haga efectivo ese nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania, valorado en 255 millones de euros.

Aunque las naciones de la OTAN niegan la posibilidad de intervención militar directa en el conflicto, desde el punto de vista de Estados Unidos y Europa se va abriendo paso, cada vez más, este argumento: «Sólo fijamos líneas rojas para nosotros, no para Putin».

Por eso se ha llegado a la decisión de: «A partir de ahora, las armas estadounidenses y alemanas podrán utilizarse, eso sí, de forma limitada contra objetivos en territorio ruso».

De la otra parte, Vladimir Putin ha respondido con la amenaza de entregar misiles a terceros países para poder atacar territorios occidentales. Putin responde a Europa tras estas últimas decisiones de apoyo a Ucrania que le permiten usar armamento de largo alcance contra Rusia.

Por ejemplo, Putin ha señalado que el uso del armamento alemán por parte de Ucrania contra su territorio podría acarrear «problemas muy graves». Ha añadido que Moscú podría proporcionar armas de largo alcance a otros países para atacar objetivos occidentales. Concretamente, así lo advirtió el pasado miércoles a Alemania, indicando que esta nueva escalada de atacar con armamento occidental objetivos dentro de Rusia supone un «paso muy peligroso».

Alemania sí se ha unido a Estados Unidos para autorizar a Ucrania a atacar algunos objetivos en suelo ruso con sus armas de largo alcance, pero el presidente ruso ha sido tajante: esta acción de Alemania podría arruinar las, ya deterioradas, relaciones entre Berlín y Moscú.

Moscú afirma que esta nueva escalada socava aún más la seguridad internacional y puede acarrear «problemas muy graves». Ellos podrían, asimismo, con sus armas de largo alcance, apuntar a importantes objetivos de la Europa occidental o suministrarla a terceros para atacar objetivos europeos. «Nos reservamos el derecho a actuar de la misma manera», ha dicho Putin.

El miércoles pasado, un funcionario occidental y un senador estadounidense afirmaron que Ucrania ya ha utilizado armas estadounidenses para golpear dentro de Rusia, bajo estas nuevas directrices aprobadas por Joe Biden que permiten el uso de estas armas con el objetivo limitado de defender Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania. Parece que el funcionario de la Administración norteamericana no estaba autorizado, según informan medios alemanes, a comentar públicamente este delicado asunto, pero habló bajo condición de anonimato.

Preguntado Putin por las bajas militares que está sufriendo Rusia dijo, el pasado miércoles, que ningún país revelaría esa información durante las hostilidades, pero afirmó sin dar detalles que las bajas de Ucrania son cinco veces superiores a las de Rusia. También afirmó que Ucrania tiene más de 1.300 soldados rusos cautivos, mientras que más de 6.400 soldados ucranianos están retenidos en Rusia. Todo esto lo ha dicho durante una conferencia de prensa en San Petersburgo ante medios extranjeros dejando claro que las entregas de armas occidentales a Ucrania, tendrá una respuesta. Afirmó, también, que quienes envían esas armas también las «controlan», por eso añadió que, si Alemania llega a enviar misiles Taurus, de largo alcance y capaces de golpear Moscú, las relaciones ruso-alemanas quedarían definitivamente aniquiladas.

Francia también aporta ahora aviones Mirage 2000-5, son cazas de defensa aérea que están destinados a, más que a atacar territorio ruso, defender el espacio ucraniano.

¿Este aumento de escalada es un error? ¿Vamos camino de una gran guerra nuevamente en Europa? La verdad es que la tesitura es importante y difícil: la defensa y seguridad de Europa se juega en suelo Ucraniano. Las elecciones europeas están ahí encima, las norteamericanas demasiado cerca, y el aniversario del «Día D» ha sido una buena pasarela de políticos que han dado un paso más en su determinación contra Rusia.

Esto invita a cuestionarse algunas cosas muy serias: ¿Tenemos políticos adecuados? ¿Políticos con altas miras más allá de sus intereses partidistas? ¿Políticos que velan por el bien de sus ciudadanos y sus pueblos? ¿Hasta dónde hemos de estar dispuestos a llegar en todo esto? ¿Realmente lo que se está cocinado «a fuego lento» es una nueva gran guerra en territorio europeo (lejos de EE. UU.)? ¿Estamos preparados algo así? ¿Estamos dispuestos a un Armagedón? ¿Sería factible recuperar un servicio militar obligatorio y, más allá, una capacitación militar de nuestros jóvenes?

Parece que estemos ya descarrilados en un trayecto sin paradas.

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