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Fuerzas israelíes en la franja de Gaza

Fuerzas israelíes en la franja de GazaAFP

El Consejo de Seguridad de la ONU aprueba el plan de paz de EE.UU. para Gaza

Tanto en Israel como en Hamás hay fuertes divisiones internas sobre el proyecto propuesto por Biden

El Consejo de Seguridad de la ONU dio su visto bueno al plan estadounidense de alto el fuego para Gaza y poner fin a ocho meses de guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás.

Aunque la propuesta definitiva no se ha difundido, varias filtraciones indican que se articula en varias fases. En la primera de ellas se acodaría un alto el fuego de seis semanas, durante las cuales se comenzarían a liberar a los 120 rehenes israelíes en manos de los terroristas a cambio de la liberación de prisioneros palestinos en Israel.

Durante ese tiempo, además, se abrirían negociaciones para acordar un alto el fuego permanente con la liberación de todos los rehenes israelíes que no hayan sido puestos en libertad en la primera fase y la retirada de las tropas israelíes de la franja.

En la tercera fase se acordaría el plan de reconstrucción de la franja de Gaza y su estatus definitivo.

A pesar de su indefinición en varios puntos clave –por ejemplo, qué ocurrirá con Hamás o el reconocimiento del Estado palestino por parte de Israel y del derecho del Estado de Israel a existir por parte de Palestina–, el plan salió adelante en el Consejo de Seguridad de la ONU con catorce votos a favor y una abstención, la de Rusia.

Ahora la pelota está en el tejado tanto de Israel como de Hamás, y ambos han mostrado divisiones internas al respecto.

En Israel, los aliados más nacionalistas de Netanyahu y los representes de los colonos rechazan el plan y ya han amenazado al gobierno con su caída.

Por parte de Hamás, aunque los líderes políticos han dado la bienvenida a la resolución del Consejo de Seguridad, oficialmente no ha dado una respuesta y parece ser que la rama militar no está dispuesta a dar su brazo a torcer.

Los sectores más intransigentes del grupo rechazan cualquier acuerdo de liberación de los rehenes hasta que Israel no se retire por completo de la franja y se comprometa a un alto el fuego definitivo.

El rescate el pasado sábado de cuatro de los rehenes israelíes que permanecían en manos de Hamás ha disparado el nerviosismo de los terroristas.

Hamás se habría dado cuenta de su vulnerabilidad ante los servicios de inteligencia israelíes, que habían logrado identificar el lugar exacto donde estaban los rehenes.

Los terroristas, siguiendo su práctica habitual, mantenían retenidos a los secuestrados en un campo de refugiados, empleando a la población civil como escudos. Nada de eso sirvió y, de hecho, la extracción de los rehenes se saldó con un alto número de bajas.

Ese éxito israelí ha aumentado la resistencia de sectores dentro de Hamás de cualquier acuerdo que no implique una derrota de la operación militar israelí, según señala The Guardian.

Sin embargo, Israel mantiene que sólo aceptarán una solución al conflicto que implique el desarmen y desaparición de Hamás y la administración de la franja por parte de una nueva autoridad ajena a Hamás y a la Autoridad Nacional Palestina, tutelada políticamente por potencias extranjeras y bajo seguridad israelí.

Este plan de paz podría ser la última baza para lograr el fin de la guerra. El principal intermediario, y tradicional aliado de Hamás, Qatar, ya no tiene la capacidad de influencia de antes.

De hecho, las relaciones entre el emirato y Hamás están muy deterioradas por la actitud del grupo terrorista que no ha hecho más que escalar el conflicto en perjuicio de la población civil palestina.

El análisis del diario The Guardian apunta otro elemento importante que podría influir en la adopción o rechazo del alto el fuego.

El objetivo de Hamás en el atentado terrorista del 7 de octubre de 2023 era secuestrar al mayor número posible de rehenes israelíes posible para intercambiarlos por prisioneros palestinos.

En noviembre de 2023 se intercambiaron a 105 rehenes en un acuerdo con Israel. De los 120 rehenes que aún están en manos de Hamás, los servicios de inteligencia israelíes creen que solo la mitad siguen con vida.

La liberación de cuatro de ellos por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel el pasado sábado muestra que los israelíes pueden liberarlos sin necesidad de un acuerdo de intercambio con Hamás.

La conclusión es que, entre los rehenes liberados y los fallecidos, Hamás está perdiendo su principal baza para chantajear a Israel.

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