Inhibición de señal y triple seguridad: así serán las megacárceles que Noboa construirá en Ecuador al 'estilo Bukele'

«Es el inicio de un urgente saneamiento del sistema penitenciario ecuatoriano que ha estado durante décadas controlado por las mafias», esgrimía a inicios de año el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, quien se ha puesto manos a la obra con el objetivo de garantizar la tranquilidad en el país iberoamericano.

Para ello está previsto la construcción de dos nuevas 'megacárceles' en las provincias de Pastaza y Santa Elena. La llegada de estos dos nuevos centros penitenciarios se engloban dentro del 'Plan Fénix' del presidente Noboa. Dicho programa tiene un único objetivo, erradicar la inseguridad en Ecuador, imitando el estilo del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, quien ha detenido a miles de delincuentes desde que llegara a la presidencia del país.

Para hacernos una idea de la magnitud que supone el proyecto de Noboa, se estima que solamente uno de los recintos costará 52 millones de dólares (unos 48,5 millones de euros). Una obra que, si no hay problemas, comenzará antes de que finalice el presente mes de junio según avanzaba el director del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad –la agencia penitenciaria del Estado–, Luis Zaldumbide.

Zadumbide detalló en declaraciones al canal TC Televisión que el proceso de construcción de esta cárcel, que se edificará en la costera provincia de Santa Elena, tardará en construirse en torno a 300 días. Es decir, que su inauguración podría celebrarse en 2025.

En lo que respecta al segundo recinto –que se situará en la provincia de Pastaza–, este estaría suspendido de momento, según indicó recientemente a Nina Radio Rolando Ramos, gobernador de la provincia.

«Por el momento el tema de la cárcel está suspendido. Se ha decidido iniciar la cárcel en Santa Elena. Es un tema (el de la prisión en Pastaza) que requiere aproximadamente 60 o 70 millones de dólares», comentó Ramos.

Mismo estilo que las cárceles de Bukele

De llevarse a cabo finalmente ambos recintos, contarán con inhibición de señal por teléfono y satélite, sistemas electrónicos con tecnología de punta, control de acceso digital y análogo, triple seguridad perimetral... entre otros. Se trata de aspectos inéditos si lo comparamos con las actuales prisiones del país.

«Son cárceles para tener una segmentación, un aislamiento adecuado de las personas», afirmaba Noboa en los últimos meses.

De hecho, en declaraciones concedidas el pasado mes de diciembre, Noboa afirmó que Ecuador contrataría a la misma empresa encargada de construir las prisiones en El Salvador durante el Gobierno de Bukele.

Según el mandatario, estas cárceles serán «igualitas porque es la misma compañía, el mismo diseño que hizo para las cárceles en México y El Salvador. Para todos los Bukele lovers es una cárcel igualita», señaló.

En esos dos recintos, Noboa pretende recluir a los líderes de las bandas criminales para así recuperar el control del resto de cárceles, muchas de ellas dominadas internamente por estos grupos delincuenciales hasta que a inicios de año Noboa ordenó la militarización de los recintos carcelarios.

Una realidad totalmente descontrolada

Solamente entre 2021 y 2023 murieron asesinados en las cárceles más de 500 presos, muchos de ellos en una serie de masacres carcelarias por disputas entre bandas rivales.

El ingreso de las Fuerzas Armadas a las cárceles se dio como parte de un estado de excepción decretado por Noboa para combatir al crimen organizado. A esto hay que sumar el auge de la violencia criminal en el país. Solamente a lo largo de 2023 se registraron 7.592 muertes violentas en Ecuador, lo que significa una tasa de homicidio de más de 40 muertos por cada 100.000 habitantes. Esta cifra, tal como adelantó Statista, creció en un 64,9 % con respecto a 2022, año en el que tuvieron lugar 4.603 muertes.