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Brussels (Belgium), 17/06/2024.- Dutch Prime Minister Mark Rutte arrives at a European People'Äôs Party (EPP) leaders meeting in Brussels, Belgium, 17 June 2024. EU leaders gather in Brussels following the European Parliament elections to discuss the next institutional cycle and to renew the European institutions top jobs with the need to reflect the diversity of the EU in terms of geography, country size, gender, and political affiliation. (Elecciones, Bélgica, Bruselas) EFE/EPA/OLIVIER MATTHYS

El primer ministro en funciones y futuro presidente de la OTAN, Mark RutteEFE

OTAN

Mark Rutte, el hombre «teflón» o «el halcón» neerlandés corona la cumbre de la OTAN

14 años como primer ministro neerlandésSerá el cuarto neerlandés en ocupar el cargo, después de Dirk Stikker, Joseph Luns y Jaap de Hoop Scheffer

En la distancia corta, Mark Rutte es accesible, cercano, campechano y modesto. En la arena de la política, se ha echado fama de personaje resistente a cualquier escándalo (se le conoce como el hombre teflón) y de negociador hábil capaz de sobrevolar paisajes complejos y escalar a lo más alto. La última prueba es su designación como secretario general de la OTAN, candidatura finalmente respaldada hasta por sus mayores detractores.

Su único contrincante, el presidente rumano Klaus Iohannis, retiró su candidatura y le dejó vía libre en su aspiración a suceder a Jens Stoltenberg. Está previsto ahora que los embajadores ante la OTAN confirmen su designación como nuevo jefe la próxima semana. Será el cuarto neerlandés en ocupar el cargo, después de Dirk Stikker, Joseph Luns y Jaap de Hoop Scheffer.

Orbán y «The Dutch guy»

Pero Rutte no las tuvo siempre todas consigo, sobre todo por la resistencia del húngaro Viktor Orbán, con quien ha chocado en numerosas ocasiones por las políticas húngaras sobre la homosexualidad y las reformas judiciales.

Rutte prometió «poner de rodillas» a Hungría por una legislación homófoba

Orbán llegó a decir que «The Dutch guy» (el tipo neerlandés) le «odia» y Rutte prometió «poner de rodillas» a Hungría por una legislación homófoba, así que prometió ponerle las cosas difíciles.

Si algo ha demostrado Rutte en sus casi 14 años como primer ministro neerlandés es su capacidad de llegar a acuerdos ingeniosos con sus rivales, sin importar la ideología o las enemistades.

Solucionó las tensiones con Orbán con una carta en la que «tomó nota» de que sus declaraciones «han causado descontento» en Hungría y, sin disculparse ni retractarse, permitió a Orbán anotarse una victoria ante su público húngaro.

Los apodos

A Rutte se le ha conocido con diferentes apodos. Uno de ellos es «Teflon Mark», una metáfora que usa al revestimiento que evita que la comida se pegue a una sartén para describir su capacidad de salir ileso de los problemas.

También es el «halcón» que llamaba a la austeridad europea, lo que tensó la cuerda con países del sur de Europa, aunque eso parece haber quedado atrás, y estos países también apoyan su aspiración a dirigir la OTAN.

Ahora gobierna en funciones hasta la toma de posesión del nuevo gabinete de Wilders, previsiblemente el 2 de julio.

Nacido en la ciudad neerlandesa de La Haya el 14 de febrero de 1967, Rutte estudió Historia (1985-1992) en la Universidad de Leiden, y tras pasar por el sector privado, ingresó en la política en los noventa como miembro del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD).

Carrera meteórica

Su carrera ha sido de ascensos continuos: fue secretario de Estado de Asuntos Sociales y Empleo, y de Educación, Cultura y Ciencia, y en 2006 líder del VVD. Pegó el salto a primer ministro en 2010, hasta el pasado 7 de julio, cuando presentó su dimisión por desacuerdos sobre la política migratoria, y unos días después, anunció que dejaba la política.

Esa renuncia pilló por sorpresa a los neerlandeses, acostumbrados al enfoque pragmático de un político que no tira fácilmente la toalla. ¿A qué se iba a dedicar? «Quizás a dar clases», dijo entonces.

Pero pocos se creyeron que no tenía otro plan. «Él ya sabía desde ese día que era favorito para la OTAN. Esa es una de las razones por las que forzó una crisis en su propio gobierno», asegura el comentarista político neerlandés Ron Fresen, que analizó a Rutte y su entorno, y publicó un libro en mayo.

Pero Rutte no confirmó su candidatura hasta octubre, cuando admitió que le parecería «muy interesante» dirigir la OTAN. A eso siguió una exitosa labor para lograr el respaldo de toda la Alianza.

El político liberal siempre se ha mostrado como un ciudadano de clase trabajadora, un hombre de Estado y un jugador en equipo

El político liberal siempre se ha mostrado como un ciudadano de clase trabajadora, un hombre de Estado y un jugador en equipo capaz de sentar a rivales alrededor de una mesa y no levantarse hasta que haya acuerdo.

Soltero y sin hijos, mantiene una vida personal modesta y privada. Su marca es la «normalidad», lo que le ha valido el aprecio de neerlandeses de todas las ideologías, que han votado por él, más que por su partido: habla con la gente por la calle, da clases en un instituto, va en bici al trabajo, vive en la misma casa desde hace décadas y conserva su Saab destartalado de los noventa. Pero ¿cómo afectará la OTAN al austero Rutte?

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