Derrota de Le Pen: Bardella se queda en tercer lugar y el Nuevo Frente Popular gana las legislativas

Francia alzó la voz en las urnas y el eco de sus votos estalló en los oídos de Jordán Bardella y de Marine Le Pen. Madrina y ahijado político no pueden celebrar la victoria que soñaron. Agrupación Nacional (RN) lo quería todo y ese todo, para ellos, era una mayoría absoluta, una demostración de que podían cortar ese cordón sanitario de la izquierda zurcido con el centro y con esa derecha tradicional que los mira y los quiere ver como apestados.

Según los sondeos, habrían quedado en una frustrante tercera posición con posibilidades de disputar el segundo puesto al macronismo. Pero el mazazo ha sido la victoria del Nuevo Frente Popular donde la izquierda dura y sus aliados han ganado frente a todas las previsiones

No pudo ser, el renovado partido del viejo Jean Marie Le Pen, no podrá formar gobierno y colocar a Emmanuel Macron entre la espada de su triunfo y la pared que le hubiera obligado a presentar su dimisión tras ver salir a su primer ministro, Gabriel Attal, por la misma puerta por la que entró. La cohabitación entre el agua y el aceite no parecía tener futuro con un Macron que se ha atragantado con su propia medicina al convocar legislativas anticipadas.

El panorama en Francia quedaría de la siguiente forma: el Nuevo Frente Popular ha conseguido 182 escaños, le sigue la alianza oficialista Juntos por la República, de Macron con 168 y Agrupación Nacional (RN) y sus aliados con143. La mayoría absoluta en la Asamblea Nacional es de 289 escaños (el total suma 577); 76 se adjudicaron en la primera vuelta así que el reparto en esta era de 501.

La mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, de 577 escaños, es de 289

Hasta conocer el escrutinio oficial es pronto para hacer las cuentas exactas con los escaños logrados hoy y los adjudicados de forma directa en la primera vuelta de hace un par de semanas, pero el orden de ganadores y perdedores no parece susceptible de alteraciones salvo entre el segundo y el tercero. Tampoco el rumbo de una Unión Europea donde Bruselas cruzaba los dedos. Una cosa es tratar con Georgia Meloni y hasta con Viktor Orban y otra diferente tener enfrente al gobierno de la segunda economía de la UE dispuesto a amenazar su propia existencia. La sombra del brexit a la francesa -aunque últimamente renieguen de esa posibilidad- no terminaba de despejarse hasta que se cerraron las urnas.

El patinazo de Macron

Para entender cómo se ha llegado hasta aquí y lo que estaba en juego, hay que recordar el batacazo en las elecciones europeas del oficialismo. La respuesta de Macron fue redoblar la apuesta y jugarse el todo por el todo al convocar estas legislativas anticipadas. Una versión gala de lo que hizo Pedro Sánchez el año pasado.

El plan no le ha salido bien y ahora tendrá que negociar y tragar con sapos y culebras de unos aliados que, en rigor, no son de su cuerda ni comparten menú ideológico. Su único consuelo es, después de lanzar este órdago, haber evitado tener al joven Bardella como primer ministro y a Marine Le Pen calentado músculo para intentar subirse al podio de la presidencia antes de tiempo.

Posiblemente sin estos «desistimientos» otro gallo cantaría en las filas de Bardella y Le Pen. De cualquier modo, el joven político se ha consumado como el mejor ejemplar de la derecha dura.

A este Bardella aupado por Le Pen, no le ha bastado con saber jugar sus cartas en las redes sociales y la televisión para seducir a un electorado descontento, cansado, harto y todavía enfadado por tener que jubilarse a los 64 años en lugar de a los 62.

A los 28 años, Jordan Bardella no puede poner sobre la mesa ningún mérito académico propio, pero sí un pico de oro y una imagen de hombre de derechas seductor, amable, empático con las clases trabajadoras y sin prejuicios para montar un relato de un pasado conmovedor por sus raíces familiares, aunque un tanto fantástico. Le espera un futuro prometedor, pero la victoria del domingo se le ha escapado de las manos.

El cordón sanitario y la vacuna

Con estos resultados, a la espera de tener confirmación oficial, parece no desanudarse del todo el tóxico cordón sanitario que pretendía poner una soga al cuello de RN.

Los franceses han votado porque lo decidió Macron y en esa cita han elegido quedarse con el centro, con la izquierda extrema y con la que se hace la zurda.

En la Francia de Macron es muy tarde para llorar por la leche derramada, en la de Le Pen y Bardella, pese a sus logros, tampoco están para fiestas.