Estados Unidos
Radiografía de un atentado contra Trump: un francotirador a 150 metros, ocho disparos y un fusil AR-15
La imagen del expresidente de Estados Unidos con el puño en alto y la cara ensangrentada ya forma parte de la historia negra del país
Donald Trump suma una nueva página en la negra historia de Estados Unidos, tras haber sido víctima, este sábado, de un intento de magnicidio durante un mitin en Butler, Pensilvania. Cuanta más información se conoce sobre lo sucedido, más son las incógnitas sobre el atentado. Apenas pasaban unos minutos desde que el expresidente estadounidense comenzara su discurso, cuando se oyeron los disparos. Testigos e investigaciones preliminares aseguran que se llegaron a realizar hasta ocho.
Trump, ataviado con camisa blanca y su característica gorra roja con el lema Make America Great Again –Haz que Estados Unidos sea grande otra vez–, se percató rápidamente de lo que estaba ocurriendo. Raudo, se agachó y se escondió detrás del atril, hasta que los Servicios Secretos consiguieron abatir al francotirador, que se encontraba a tan solo 150 metros del candidato republicano. Las imágenes del expresidente con la cara ensangrentada y el puño al aire quedarán para siempre en el inventario colectivo.
Lo agentes del Servicio Secreto fueron los encargados de dar las instrucciones a Trump, que le instaron a moverse. Mientras que el expresidente era escoltado, con el puño en alto, los asistentes al mitin aplaudían y gritaban, casi al unísono, «U-S-A», las siglas en inglés de Estados Unidos de América. En sus primeras declaraciones, tras haber sido víctima de un intento de magnicidio, el magnate confirmó que la bala le había atravesado la parte superior de la oreja derecha.
«Supe de inmediato que algo andaba mal porque escuché un zumbido, disparos e inmediatamente sentí la bala desgarrando la piel», escribió Trump, en su red social Truth Social. También aprovechó para agradecer la actuación de los Servicios Secretos y de todas las fuerzas del orden «por su rápida respuesta al tiroteo». El expresidente de Estados Unidos quiso expresar su «más sentido pésame a la familia de la persona que murió en el mitin, y también a la familia de otra persona que resultó gravemente herida».
Según las últimas informaciones, una persona ha muerto y otras dos han resultado gravemente heridas en el atentado. Los tres serían hombres adultos, que ya han sido identificados, aunque no se han publicado más detalles. De quien sí se tiene información es del atacante. El FBI, tras varias horas, lo ha identificado como Thomas Matthew Crooks, un joven de unos 20 años, vecino de Bethel Park, Pensilvania, el mismo estado donde se estaba celebrando el mitin.
Thomas Crooks, vestido con ropa gris de camuflaje, se había apostado en un tejado, a tan solo 150 metros de su objetivo, Trump. Para su cometido, se valió de un fusil semiautomático del tipo AR-15, con el que llegó a disparar hasta en ocho ocasiones, creando el caos entre los miles de asistentes. El atacante, según ha podido saber la CNN, estaba registrado para votar como republicano, según una lista en la base de datos de votantes de Pensilvania. Un dato que añade más incógnitas al caso. El FBI ya ha abierto una investigación para esclarecer los motivos del atentado y saber si se trata de un 'lobo solitario' o contó con algún cómplice.
El expresidente, que fue trasladado al hospital para un reconocimiento de urgencia, aterrizó pasada la medianoche en Newark (Nueva Jersey). Las imágenes difundidas por la cadena Fox News, muestran cómo Trump baja por su propio pie, y en aparente buen estado, las escalerillas de su avión privado, mientras saludaba a algún curioso que esperaba su llegada en la pista de aterrizaje. De Nueva Jersey se trasladó a Nueva York, para pasar la noche en la Torre Trump.
El mitin en Pensilvania se trataba del último evento público de Trump antes de reaparecer en la convención republicana que se reúne desde este lunes hasta el jueves, en Milwaukee (Wisconsin), para revalidar su candidatura a la presidencia del Partido Republicano. Aún es pronto para conocer el efecto que puede tener el atentado contra el magnate de cara a las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre. Una carrera en la que Trump salía en las encuestas como vencedor, pero por un pequeño margen frente al presidente estadounidense Joe Biden.
Las condenas y reacciones internacionales se han ido sucediendo a lo largo de las horas. El primero en pronunciarse fue el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que señaló que «la violencia es irracional e inhumana». Biden, que anunció que congela su campaña tras lo ocurrido, llamó por teléfono a su rival para conocer su estado. Asimismo, la Casa Blanca aseguró que el presidente había estado recibiendo informes actualizados de las autoridades de Seguridad Nacional y policiales encargadas de la investigación de manera constante.
«No hay lugar para este tipo de violencia en Estados Unidos. Debemos unirnos como una sola nación para condenarla», declaró Biden. La polarización política se ha convertido en un problema endémico, pero no solo de la primera potencia mundial. Hace tan solo unos meses, el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, fue víctima de un intento de asesinato a la salida de una reunión de su Ejecutivo. La violencia y las amenazas contra políticos y partidos se han multiplicado en los últimos años. Ni Europa ni Estados Unidos están a salvo.