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Putin preside una reunión sobre la situación en la región de Kursk a las afueras de Moscú

Putin preside una reunión sobre la situación en la región de Kursk a las afueras de MoscúGavriil Grigorov / Pool / AFP

El Gobierno de Putin

Moscú persigue por «alta traición» a sus nacionales críticos con la guerra

Aleksei Moskalyov, que criticó la guerra en redes sociales, le arrebataron a su hija y la enviaron a un orfanato. Además condenan a seis años de cárcel a once miembros de 'Ciudadanos de la URSS'

El Gobierno de Vladímir Putin maneja con puño de hierro el Estado de Rusia pese a estar compuesto por una población de 145 millones censados y poseer la mayor extensión del mundo con más de 17 millones de km2. Pero, el autócrata no consiente que nadie discrepe de sus dictámenes.

Celdas de castigo, sin luz natural y obligados a escuchar grabaciones de Putin: así vivía Navalni, antes de morir el 16 de febrero, y otros presos políticos en las cárceles del país. Por el contrario algunos espías del régimen como el español Pablo González, alias Pavel Rubtsov, fue intercambiado el 1 de agosto por presos políticos.

El más célebre en ese canje fue Evan Gershkovich, periodista del Wall Street Journal, que sufrió un verdadero calvario hasta ser recibido a pie de escalerilla por Joe Biden.

El pasado miércoles, la Justicia rusa volvió a las andadas condenando a entre dos y seis años de cárcel a once miembros del movimiento extremista «Ciudadanos de la URSS», informaba la prensa local. Es decir, una actuación en contra de sus nacionales.

La sentencia fue emitida en la ciudad de Yekaterimburgo, en los Urales, tras un proceso judicial que se alargó durante varios años.

Esta agrupación, fundada en 2010, se niega a acatar las leyes rusas porque alegan vivir en «territorio de la URSS temporalmente ocupado».

El principal argumento de los «ciudadanos soviéticos» es que el referéndum sobre la preservación de la URSS, que tuvo lugar el 17 de marzo de 1991, reunió el 76,4% de los apoyos, informan desde EFE. Quien discrepara no fue tomado en consideración por las autoridades rusas. Según los «soviéticos», todas las acciones posteriores de las autoridades no tienen fuerza legal.

El Tribunal Supremo de Komi, en el norte de Rusia, tildó a los «ciudadanos de la URSS» como organización extremista en 2019. Se desconoce el número de integrantes de «Ciudadanos de la URSS», ya que el movimiento no está oficialmente registrado. Seguramente el espionaje ruso seguirá pendiente de sus movimientos.

Dura represión si nombras a Ucrania

Quien exprese su oposición a la invasión de Ucrania o a las violaciones de derechos humanos cometidas por la Administración rusa serán castigados, tal y como refleja Amnistía Internacional. Al menos 140 personas fueron condenadas a prisión por declaraciones, protestas u otras actividades de oposición a la guerra. Más del séxtuple en comparación al año pasado.

En abril, Vladimir Kara-Murza, activista de la oposición y de derechos humanos, fue condenado a 25 años de prisión por cargos falsos de traición al Estado, difusión de «información falsa» sobre las fuerzas armadas y participación en una «organización indeseable».

Un abuso que también afectó a Aleksei Moskalyov. Este empresario y padre de familia de la región de Tula, osó criticar, en redes sociales, la guerra contra Ucrania. Motivo por el que fue arrestado por «desacreditar a las fuerzas armadas». Las autoridades, ni cortas ni perezosas, ingresaron a su hija de 13 años en un orfanato. Finalmente fue entregada a miembros de su familia gracias a una campaña para liberarla. Posteriormente, la condena de dos años de prisión impuesta a Aleksei fue anulada.

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