La AfD arrasa en Turingia y los democristianos ganan en Sajonia mientras Scholz se pega un batacazo histórico

Las elecciones que se han llevado a cabo el 1 de septiembre en los estados de Turingia y Sajonia han supuesto un duro varapalo para el Partido Socialista de Olaf Scholz, el actual canciller alemán, que sólo alcanza los diez diputados en las votaciones de Sajonia. Mientras se queda en apenas seis en Turingia, como la última formación política entre las que tienen representación.

Es curioso comprobar como gran parte del electorado de izquierdas se ha trasladado a la AfD (Alternativa para Alemania). La AfD es la triunfadora en Turingia con 32 diputados por delante de los 23 que reúne la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU).

Los democristianos consiguen una victoria en Sajonia como la primera fuerza llegando a los 41 diputados. Aunque, la AfD les pisa los talones con 40, tal y como recogen resultados aproximados de los diarios alemanes Bild y Faz.

Estos sufragios podrían sacudir la política tanto en los 16 estados federados alemanes como a nivel nacional. Los altercados por el triunfo de la AfD no se han hecho esperar con diversas manifestaciones en Dresde, Leipzig y, sobre todo, en Erfurt (capital de Turingia). En esta última ciudad se ha producido algún encontronazo con la policía protagonizado por radicales de izquierdas y, también, reuniones más pacíficas en el entorno del Parlamento estatal en Erfurt.

La victoria de la AfD: histórica y esperada, pero no le permite gobernar

Alternativa por Alemania se ha convertido en el primer partido de derecha dura en ganar unos comicios en Alemania desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Curiosamente, el triunfo de AfD se ha producido en la misma región en donde los nazis tuvieron por primera vez participación en un Gobierno regional, en 1930. Esta formación está considerada prorrusa y se declaran en contra de la entrega de armas a Ucrania para que el conflicto no afecte al país germano. Su líder nacional, Alice Weidel, dirige además sonadas críticas a la Iglesia Católica.

Weidel ha destacado el «éxito histórico» cuyos resultados considera «un castigo para la coalición semáforo» que gobierna a nivel federal en un tripartito formado por los socialistas de Scholz, el Partido Liberal (FDP) y los Verdes.

Su ascenso lo ha protagonizado Björn Höcke, el ganador en Turingia, que se alza con la victoria pese a ser considerado uno de lo más fanáticos de la formación. Sin embargo, a Höcke no le salen las cuentas para gobernar ya que ningún partido está dispuesto a una alianza. Por este motivo en su discurso acusó a la oposición de la formación de un cordón sanitario y la estigmatización que sufre.

Con los resultados en la mano, el cristiano demócrata Michael Kretschmer actual presidente del estado de Sajonia, podría tener asegurada la permanencia al frente del Ejecutivo, a cuyos mandos está desde 2017.

Comicios en clave nacional

Recordemos que este incremento en la AfD se produce nueve días después del atentado de Solingen en el que un refugiado sirio mató a tres personas con un arma blanca. Poco después, el canciller Scholz confesó en unas contundentes declaraciones que aumentaría las deportaciones de inmigrantes.

Estas elecciones se han convertido en un envite nacional con temas de Estado que se han convertido en centrales como la inmigración, la política de apoyo a Ucrania, las sanciones a Rusia o cuestiones sobre la Energía. Y eso pese a que los estados federales alemanes no tienen potestad en estos asuntos nacionales.

Por este motivo, pesa más el declive que no ha podido amortiguar el socialista Scholz, aún con sus acercamientos a la derecha en materia migratoria. Una caída que se venía anunciando desde las elecciones europeas en el mes de junio cuando el Partido Socialista registró su peor resultado en una cita con las urnas. Corre el riesgo de hacerse irrelevante en algún länder lo que podría convertirse en tendencia imparable en las generales del 2025.