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Zoé Valdés
AnálisisZoé ValdésEl Debate en América

Sheinbaum, el pasado; Meloni, el futuro

La primera ministra de Italia no sólo habla con seguridad y templanza, probó que ella no ha llegado allí encantada de conocerse ni mucho menos para epatar a nadie, sino con la única intención de decir la verdad, de no engañar a los que la eligieron

Actualizada 04:30

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, habla durante la "Cumbre del Futuro"

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, habla durante la «Cumbre del Futuro»AFP

Mientras la mandataria Claudia Sheinbaum censura al Rey de España y a España; la mandataria de Italia, Giorgia Meloni, pronuncia un discurso en la Cumbre del Futuro en la ONU que fue como para chuparse los dedos, mediante el que manifestó sus dudas y certezas actuales relacionadas con la organización de los Estados miembros, en contra del globalismo de una cierta élite, y de a porfía, y al mal dominio de la inteligencia artificial (IA). De otro lado, Sheinbaum representa la oscuridad, Giorgia la transparencia. Una es el pasado, la otra es el futuro.

Claudia Sheinbaum, a estas alturas nadie debiera ignorarlo, es una vieja comunista; su padre vivió en Cuba y mantuvo, al igual que ella, unas excelentes relaciones con el mayor asesino comunista de Iberoamérica, Fidel Castro. Con su exmarido, Carlos Imaz Gispert, miembro fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), también anduvo metida en trastadas comunistas que inclusive traspasaron las fronteras, específicamente hacia Estados Unidos. Ambos hicieron del comunismo beneficios fructíferos. Luego, ella entendió, como su jefe Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que debía mutar en algo más visiblemente inocuo, ligero, en ese socialcomunismo del siglo XXI, que no es más que islamocomunismo a pulso, adobada con narcoguerrilla. Sheinbaum entonces ha apoyado indirecta y directamente, según los instantes, a los asesinatos del comunismo, más de 150 millones en todo el mundo.

Para su toma de posesión como mandataria de México reiteró las palabras del actual presidente mexicano, al que ella sucede, AMLO, eso de que España debiera pedirle perdón a México. Una gran cantidad de mexicanos le han respondido, aunque me atrevería a asegurar que ninguna respuesta la hará entrar en razones, porque los comunistas no conocen de razones, sino de sentimentalismos; son ultra sentimentales con sus causas, sanguíneos, airados. Y, como afirmaba Guillermo Cabrera Infante: «Es imposible enfrentar a un sentimiento con ideas».

Por cierto, a esta gente le encanta acusar a España de lo peor, de esclavista y más, basándose en la leyenda negra; sin embargo, no tienen reparos en contratar como esclavos, con el régimen castrista como negociador, a tres mil médicos cubanos; que también eso de que todos son médicos habría que verlo, igual probablemente no lo sean muchos de ellos. Sucedió en Nicaragua, en Venezuela, y en cada sitio donde estos esclavos del castrismo son enviados, algunos a sanar y otros a adoctrinar, o a entrenar militarmente.

Sheinbaum decidió invitar a los asesinos de Cuba, Venezuela, y España a su toma de posesión, por el contrario, no cursó invitación al Rey de España, Felipe VI, que es el mayor mandatario del país. De modo que, si ella creyó que le haría un feo al Rey de España y a la Monarquía, en realidad la afrenta se la hace a los españoles y al Estado español. Por cierto, supongo que hará su discurso de toma de posesión en lenguas indígenas autóctonas, o quizás en marxismo antiguo; lo segundo es más probable que suceda.

No obstante, llegó entonces Giorgia Meloni y mandó a parar. Su pronunciamiento en la ONU ha sentado cátedra, será inolvidable, en la tesitura de una Margaret Thatcher y una Golda Meir; ellas me representan, o sea, me refiero a las tres.

Giorgia no solo habla con seguridad y templanza, probó que, como en los casos de Javier Milei y Nayib Bukele, ella no ha llegado allí encantada de conocerse ni mucho menos para epatar a nadie, sino con la única intención de decir la verdad, de no engañar a los que la eligieron. Lástima que al final le cortaron el micrófono, debido a unos segundos de más; así y todo expresó su intención de referirse a la complejidad de la historia, multiforme, a la respuesta inmediata que no debe ser otra que la de actuar, dado que vivimos en una época de crisis, y que la palabra proviene del griego 'krisis', cuyo significado es elección, y decisión.

Meloni supo hacer un llamado al aprendizaje de forma incesante, imparable, señaló a cada uno de los preceptos de la ONU, en las que también está la «representatividad», e hizo énfasis en ello. Meloni lleva una ventaja en su carpeta, la iniciativa de un cambio radical con relación a África. Italia trata con el continente africano con conocimiento y respeto, porque para respetar hay que conocer y reconocer.

Meloni supo hacer un llamado al aprendizaje de forma incesante

La mandataria italiana condujo su discurso desde la IA y su eficacia sólo si pusiera al ser humano como centro y no a la inversa hacia el hecho de que la multipolaridad no es una vía decisiva para mejorar a la humanidad y sus condiciones de existencia. Claudia es ofuscamiento, Giorgia es lucidez.

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