Melania Trump se declara a favor del aborto en contra de Trump y antes de vender sus memorias

Melania, casada con Donald Trump, pese a que ejerció de primera dama siempre ha estado lejos del carisma de Michelle Obama, Laura Bush o Nancy Reagan. Sus pronunciamientos son escasos, sus discursos cortos y las declaraciones de tipo privado casi inexistentes, desde que alcanzó el poder. Pese a que dio a conocer su relación con el magnate estadounidense durante el reality show The Apprentice.

El día 8 de octubre, la modelo lanzará un libro de memorias del que, hasta ahora, sólo se habría lanzado un vídeo a modo de promoción, en el que se excusaba por sus desnudos durante su época de maniquí.

Pero, The Guardian se ha hecho con un manuscrito en el que Melania Trump asegura estar a favor del aborto, la única parte del libro que se ha filtrado la prensa. La celebrity, procedente de la Eslovenia Sudoriental, ha declarado que «el derecho fundamental de la mujer a la libertad individual, a su propia vida, le otorga la autoridad de interrumpir su embarazo si así lo desea».

La portavoz de Melania Trump confirmó en 2017 que Melania era «católica, pero no está nada claro desde cuándo». Si siguiera, como parece admitir como una más de los 1.390 millones de católicos, se olvida que la tradición de la Iglesia ha sostenido siempre que la vida humana debe ser protegida y favorecida desde su comienzo como en las diversas etapas de su desarrollo.

Pareciera como si Mrs. Trump se haya convertido en una activista pro aborto debido a las contundentes declaraciones que se podrán encontrar en su nuevo libro: : «Resulta imperativo garantizar que las mujeres tengan autonomía para decidir su preferencia acerca de tener hijos, basándose en sus propias convicciones, libres de cualquier intervención o presión por parte del Gobierno». «He llevado esta creencia conmigo durante toda mi vida adulta», concluye.

Su posición en este asunto se encuentra muy distante de la del partido que comanda Donald Trump. El aborto se derogó a nivel federal, en junio de 2022, cuando el Tribunal Supremo derogó el precedente de Roe contra Wade.

El propio Trump fue quien seleccionó a seis jueces para que revisaran esa norma jurídica para tumbar el aborto que llevaba 50 años vigente en todo el país. Una retirada de la ley que el expresidente celebró con júbilo, pero de la que se contradijo la pasada primavera.

Entonces el expresidente confesó: «En este asunto, deben hacer lo que les dicte su corazón. Pero recuerden, también debemos ganar elecciones para restablecer nuestra ideología y, de hecho, salvar nuestro país, que es actualmente, y de modo muy triste, una nación en declive», se excusó.

Por lo tanto, echó balones fuera y prefirió dejar la decisión a cada estado federal para que legislara a su gusto: «Mi opinión ahora es que tenemos aborto donde todo el mundo lo quiera, y desde el punto de vista legal los Estados lo determinarán mediante el voto, o legislación, o quizá las dos cosas. Y lo que decidan debe convertirse en la ley de ese territorio».

En el debate de vicepresidentes afirmó que no apoya una prohibición federal del aborto y que, de hecho, la vetaría. También confesó que, como el presidente Reagan en los ochenta, apoya las excepciones por violación, incesto y el riesgo de muerte de la madre.