Tusk, el primer ministro polaco, rebelde con Bruselas que no concede visados a los rusos y bielorrusos
Una fuente de la UE asegura que el encuentro de los Veintisiete podría terminar con la falta de acuerdos sobre el 'Pacto Migratorio' por la férrea postura de Tusk
Tres día antes de presentar su nueva estrategia migratoria, el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, dejaba bastante claras sus intenciones: «Después del ataque a Ucrania, casi dos mil rusos recibieron visas polacas, a menudo violando la ley y en contra de las sanciones».
Polonia se une así a Finlandia que introdujo en mayo una suspensión temporal de las solicitudes de los refugiados que se acercaban a sus límites geográficos. El político respondía de esta forma a la guerra híbrida declarada por los regímenes de Moscú y Minsk, que implica organizar traslados masivos de personas a través de las fronteras europeas.
El polaco dejaba claro que «el derecho de asilo se utiliza instrumentalmente en esta guerra y no tiene nada que ver con los derechos humanos». Para apostillar: «El control de fronteras y la seguridad territorial de Polonia es y será nuestra prioridad, por lo que nuestras decisiones y acciones estarán absolutamente subordinadas a ello», sentenciaba.
La implacable posición de Tusk podría complicar la cumbre de los jefes de Gobierno de los Veintisiete de la Unión Europea (UE), que se celebra esta semana en Bruselas, con la inmigración como una de los asuntos primordiales.
Aunque, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, parece que pretende llegar a acuerdos puntuales proponiendo un plan de acción de diez puntos sobre inmigración. Von der Leyen ha pedido acelerar la implementación del 'Pacto sobre Migración', que en su opinión podría ayudar a los países a gestionar mejor los procedimientos de asilo. También, quiere reforzar la protección de las fronteras con Rusia y Bielorrusia.
El primer ministro Donald Tusk expresó, durante el reciente Consejo de ministros su esperanza de que el gobierno llegue a un acuerdo sobre la crisis migratoria en la frontera con Bielorrusia, que permita proteger más eficazmente el territorio polaco y al mismo tiempo tomar las decisiones «más difíciles y duras».
El mismo día en el que se cumple un año de las elecciones parlamentarias polacas, espera encontrar «puntos en común». El primer ministro Tusk declaraba que pensaba «tomar incluso las decisiones más difíciles con la conciencia tranquila».
Medidas antiinmigración
El secreto de Suecia para registrar, por primera vez, más migrantes que inmigrantes
La Guardia Fronteriza polaca ha informado, que en las últimas 24 horas, más de 60 inmigrantes intentaron cruzar ilegalmente la frontera entre Bielorrusia y Polonia. Debido a este flujo migratorio, Tusk asegura que se debe de suspender, temporalmente, el derecho de asilo en caso de interrupción de la frontera, intensificación de la guerra híbrida o condiciones de estado de emergencia.
Por ahora, parece que Donald Tusk ha encontrado un aliado ya que Suecia comprende la declaración del primer ministro polaco sobre la suspensión temporal de la recepción de solicitudes de asilo. Johan Forssell, ministro sueco de Migración, asegura que «Polonia se encuentra en una situación preocupante».
También, Polonia tiene detractores como la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, que instó este martes a Polonia a apostar por la implementación del 'Pacto Migratorio' como forma de hacer frente al uso de la inmigración como «arma» por parte de Rusia y de Bielorrusia, en lugar de suspender temporalmente el derecho al asilo.
Baerbock, en una rueda de prensa en Berlín con su homólogo de Macedonia del Norte, Timčo Mucunski, apuntó: «Contra la guerra híbrida debemos protegernos como europeos de forma conjunta. No podemos olvidar que el objetivo de Vladímir Putin es dividir a las sociedades europeas».
La socialista Baerbock afirmó que «los europeos deben hacer causa común y no caer en el juego de los populistas que difaman de forma deliberada a grupos de personas de forma generalizada». Unas declaraciones que hacían referencia a partidos políticos como Alternativa para Alemania (AfD) que ha conseguido ser, por primera vez en su historia, ser la fuerza más votada, en un par de estados federados alemanes, gracias a su mensaje antiinmigración.