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Los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump y Kamala Harris

Los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump y Kamala HarrisAFP

Elecciones Estados Unidos 2024  Un octubre sin 'sorpresa' mantiene en pie a Kamala Harris y a Donald Trump a cinco días de las elecciones

David Greenberg, experto en política contemporánea y asuntos públicos, cree que «siempre puede pasar algo»

«En mi primer testimonio ante el Congreso, informé de que el FBI había concluido su investigación sobre el servidor personal de la exsecretaria personal de Hillary Clinton. Debido a recientes acontecimientos, escribo esta carta para ampliar esa declaración». El 28 de octubre de 2016, James B. Comey, el entonces director del FBI, ponía patas arriba la campaña de los demócratas con una carta envida a varios miembros del Congreso y el Senado de los Estados Unidos. Comey aseguraba que se había conocido la existencia de nuevos emails que a priori parecía pertinente investigar.

Fue la famosa sorpresa de octubre de las elecciones de 2016 que Clinton perdió frente a Donald Trump, un acontecimiento lo suficientemente relevante como para cambiar el rumbo de las elecciones presidenciales, ensombrecía la carrera de Hillary Clinton hacia la Casa Blanca. Además, pocos días antes, Wikileaks había hecho una filtración de emails relacionados con la candidata demócrata.

Para David Greenberg, experto en política contemporánea y asuntos públicos y profesor de Historia y Periodismo en la Universidad de Rutgers, esta fue la 'sorpresa de octubre' más memorable de los últimos procesos electorales en Estados Unidos. «Nunca es posible confirmar si un hecho por sí solo influyó decisivamente en unas elecciones, pero la mayoría de los expertos consideran que el anuncio de Comey sí marcó la diferencia», asegura Greenberg.

Una mala imagen de Kamala Harris

La mayor sorpresa es la que se llevó Harris cuando Joe Biden abandonó la carrera presidencial y la designó como su sustituta. Aunque no ha habido grandes polémicas que hayan afectado a la demócrata desde entonces, la vicepresidenta de los Estados Unidos arrancó ya la campaña con una imagen lastrada por los recuerdos de estos cuatro años de Administración Biden. Los norteamericanos están dejando claro en las encuestas que no están contentos con el rumbo de la nación.

Otro de los puntos débiles de Harris que se han puesto sobre la mesa este mes de octubre han sido sus pobres intervenciones en medios de comunicación. Muchos consideran que ha invertido demasiado tiempo en dirigirse a las mujeres y, sobre todo, en basar su estrategia de campaña señalando continuamente a Trump. El propio republicano ha dirigido algún ataque hacia Harris cuestionando su valía para desempeñar las funciones como presidenta en base a esas apariciones mediáticas.

Trump y la polémica de Puerto Rico

En un Madison Square Garden abarrotado, Donald Trump se preparaba para uno de sus mítines más multitudinarios. Para la cita estaba prevista la actuación del cómico Tony Hinchcliffe, que decidió complicarle las cosas al republicano a cuatro días de cerrar el temido mes de octubre. «No sé si lo saben, pero hay una isla flotante de basura en medio del océano, creo que se llama Puerto Rico», soltó el cómico, que consiguió desatar una oleada de críticas a Trump. Por supuesto, el candidato aseguró que no conocía a Hinchcliffe, ni quién lo había puesto sobre el escenario.

Si el lapsus del cómico de Donald Trump no lo solucionó la controvertida comparecencia de Joe Biden en la que llamaba, supuestamente por error cuando se refería al propio Hinchcliffe, «basura» a los votantes del republicano, quizá lo haya conseguido el videoclip que el propio Trump compartió después del mitin en sus redes sociales en las que grupos de hispanos cantan a los cuatro vientos que van a votar por él.

Y, aunque este martes sonaban las alarmas también con la salida de Steve Bannon de prisión —ex asesor de campaña de Donald Trump—, Greenberg considera que «Bannon es un personaje insignificante como para influir en el resultado de las elecciones. Lo único que podría afectar es un gran acontecimiento, a la altura de un golpe militar o un gran escándalo».

De hecho, en una rueda de prensa ante los medios tras su salida de prisión, no solo manifestó que el próximo martes habrá una «victoria aplastante» en las urnas de los republicanos, sino que apuntó a que los demócratas «tratarán de hacer todo lo humanamente posible para amañar las elecciones». El ataque más directo lo dirigió contra la candidata demócrata cuando afirmó «por fin he dejado de ser un preso político de Kamala Harris».

¿Una campaña diferente a las demás?

«La campaña del 2000 —disputada entre Al Gore y George W. Bush— fue la más reñida de todas», señala Greenberg al tiempo que destaca que «de hecho, América se ha convertido en una nación bipartidista desde entonces». «Con la excepción de la carrera presidencial de 2008 —en la que el Partido Republicano quedó desacreditado en política exterior por la guerra de Irak y en política económica por la crisis— todas las elecciones desde entonces han estado muy disputadas», explica el experto.

Sin embargo, la campaña que han protagonizado este 2024 tiene diversas peculiaridades que la diferencian de las anteriores. En primer lugar, porque los candidatos de los principales partidos no empezaron la carrera al mismo tiempo, Harris llegó tras la retirada que Joe Biden anunció el 21 de julio, a tan solo cuatro meses de la celebración de las elecciones. Para Greenberg esto marcó una «gran diferencia» dado que la demócrata «tuvo menos tiempo del habitual para presentarse al público y elaborar un mensaje de campaña».

Por otro lado, Greenberg cree que la mayor peculiaridad la marca un candidato como Donald Trump, «condenado y dos veces sometido a juicio político, expulsado de su cargo y acusado de fomentar un motín para anular los resultados de unas elecciones», ya que, según él, esto ha fomentado que haya un alto porcentaje de votantes que «tema, justificadamente, su regreso al poder».

La carrera a la que se presentan ahora Harris y Trump se mantiene en esa línea que marcaron Bush y Gore en el año 2000. Aunque, como apunta el profesor David Greenberg, que suceda algo que afecte al resultado de las elecciones «siempre es posible». Quizá la sorpresa este octubre de 2024 sea que los norteamericanos parecen haberse aficionado al voto anticipado. Casi 46 millones de votantes habrían depositado su papeleta y otros 20 millones la habrían enviado por correo.

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