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Imagen de las protestas en Bolivia promovidas por los seguidores de Evo Morales

Imagen de las protestas en Bolivia promovidas por los seguidores de Evo MoralesAFP

Evo Morales pide una pausa en las protestas y anuncia huelga de hambre para exigir diálogo con el gobierno

Las tensiones entre el gobierno y sus opositores se intensifican tras violentos enfrentamientos en las calles

El expresidente boliviano Evo Morales pidió este viernes a sus seguidores que consideren una pausa en los bloqueos de carreteras que mantienen desde hace 19 días en varias regiones de Bolivia. En un mensaje difundido en sus redes sociales, Morales declaró que, además de hacer este llamado, iniciará una huelga de hambre para presionar al gobierno de Luis Arce a abrir un diálogo en el que participen organismos internacionales o «países amigos» como mediadores, argumentando que el Ejecutivo se niega a abordar de manera técnica y legal las demandas de sus sectores. Los bloqueos, promovidos principalmente en Cochabamba, han generado una profunda tensión en el país y forman parte de una serie de reclamos que incluyen la suspensión de procesos judiciales contra el exmandatario, una solución a la crisis económica y el respaldo a su candidatura para las elecciones de 2025.

La situación se agrava tras la incursión de las fuerzas policiales y militares en áreas donde los manifestantes han obstaculizado carreteras estratégicas para el transporte y la economía, lo que ha generado enfrentamientos y denuncias de violencia. En las últimas horas, el operativo de desbloqueo en la localidad de Parotani dejó al menos 20 personas heridas, entre ellas 18 agentes de policía y un periodista que sufrió un infarto tras la explosión de dinamita cerca de él. Los enfrentamientos se intensificaron cuando algunos manifestantes respondieron a los gases lacrimógenos con explosivos y pedradas, situación que las fuerzas de seguridad enfrentaron con apoyo militar.

La tensión ha ido escalando en medio de una división interna en el partido oficialista, el Movimiento al Socialismo (MAS), fundado por Morales. Las diferencias entre el expresidente y el presidente Arce, quien fue elegido en 2020 con su apoyo, han alimentado una disputa por el control del partido y la selección de candidatos para los próximos comicios. Las facciones afines a Morales exigen que el gobierno de Arce retire los procesos judiciales que enfrenta el exmandatario, a quien acusan de estar bajo amenaza de detención por investigaciones de trata de personas y estupro. Mientras tanto, Arce y su gobierno sostienen que los bloqueos y el actual conflicto interno en el MAS están poniendo en riesgo la economía del país y han advertido que no habrá diálogo mientras se mantengan los bloqueos.

Morales, quien se encuentra atrincherado en el Trópico de Cochabamba desde el inicio de las protestas, aseguró que su objetivo con la huelga de hambre es evitar una escalada de violencia, que ya ha causado pérdidas económicas superiores a 1.700 millones de dólares. En su mensaje, el exmandatario pidió a sus seguidores que consideren su propuesta de «cuarto intermedio» en los bloqueos para dar paso al diálogo y evitar lo que calificó como «hechos de sangre». Sin embargo, los líderes de las organizaciones cocaleras y campesinas que sostienen los bloqueos declararon en un comunicado su rechazo a esta pausa, argumentando que las bases no aceptarían un cese de la medida de presión. En un pronunciamiento, los dirigentes llamaron a «seguir con más fuerza y contundencia» y calificaron al gobierno de Arce como «criminal» por la «brutalidad» del operativo de desbloqueo.

La situación en Bolivia se agrava con el reporte de que grupos de seguidores de Morales tomaron el control de varias instalaciones militares en el Trópico de Cochabamba, retuvieron temporalmente a militares y sus familias y tomaron posesión de armamento. Ante estos hechos, el presidente Arce denunció en sus redes sociales que estas acciones «asfixian económicamente» al país e intentan «romper el orden público y legalmente constituido», lo que, según él, busca acortar su mandato y asegurar una candidatura inconstitucional para las próximas elecciones. Arce ha reiterado que no negociará mientras los bloqueos continúen afectando la distribución de alimentos, combustibles y medicinas en el país, aunque confirmó que el operativo de desbloqueo en Parotani permitió restablecer el paso en uno de los puntos principales, aunque los cortes persisten en rutas hacia la región oriental de Santa Cruz.

La pugna entre Arce y Morales representa uno de los mayores desafíos políticos para el MAS, que ha gobernado el país desde 2006, y se desarrolla en un contexto de deterioro económico en el que Bolivia enfrenta altos índices de inflación y desabastecimiento. La respuesta del gobierno ha sido contundente, con la movilización de más de 3.000 efectivos policiales y militares en las zonas afectadas. Hasta el momento, el operativo ha logrado despejar algunas de las vías bloqueadas en el centro y occidente del país, pero la tensión sigue en aumento y el futuro del diálogo, así como la unidad del MAS, son inciertos.

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