Los males que acorralan a Alemania y han acabado por dinamitar el Gobierno de Scholz
El Gobierno del socialista Olaf Scholz se encuentra en sus horas más bajas tras la destitución, este miércoles, del ministro de Finanzas, el líder liberal Christian Lindner, después de que éste propusiera convocar elecciones anticipadas ante la grave crisis que atraviesa la coalición. Scholz se enfrenta ahora a una delicada situación y tendrá que tratar de gobernar en minoría para evitar, precisamente, su mayo temor, convocar elecciones anticipadas.
Alemania arrastra una inestable situación desde hace ya demasiado tiempo y los males que acorralan al motor de Europa son el alto coste de la vida, la inmigración ilegal y el belicismo ruso. Estos tres factores han provocado la gran crisis de Gobierno que ha acabado con la salida de Lindner del Ejecutivo. Una medida que no será ni la primera ni la última.
Los alemanes tienen hoy temores muy distintos a los de hace dos años. Entonces, su principal temor era «el cambio climático», una preocupación fuertemente motivada por campañas institucionales que comenzaban en los colegios e institutos y se extendían por todos los medios y redes de comunicación.
Pero esto ha cambiado, el cambio climático ha caído al número 15 y asociado a esto las catástrofes naturales no aparecen ahora entre las 10 principales preocupaciones. Hoy el mayor temor de los alemanes es una confrontación con Rusia. Asimismo, la inflación, la inmigración y el precio de las viviendas. Es esto lo que preocupa a la mayoría germana, según el estudio Los miedos de los alemanes, 2024.
Coinciden dos estudios estadísticos recientes. De una parte, y en un sentido general, el que ha realizado la aseguradora R+V Versicherung que muestra el orden de prioridades de las angustias de los ciudadanos alemanes encabezada por «el aumento del coste de la vida»; la situación de «un Estado sobrepasado por la inmigración»; la situación de una «vivienda inasequible», para todos, pero especialmente para los jóvenes; «las tensiones por la llegada de inmigrantes» y particularmente «la inmigración ilegal»; «el alza de impuestos y la fuerte presión fiscal acompañada por una reducción de prestaciones»; «unos políticos ineficaces y sobrepasados»; «la polarización social y política de la sociedad»; el «deterioro de la situación económica»; «las amenazas de los regímenes autocráticos, cada vez más poderosos, a nivel mundial» y el creciente «extremismo político» en Alemania.
Los miedos de los alemanes contemplados en este estudio se centran en el temor a un aumento en el precio de la vida. Si algo asusta a los alemanes, es tener la billetera vacía y, por tercera vez consecutiva, el miedo al alza del coste de la vida ocupa el primer lugar.
Las preocupaciones económicas siguen siendo grandes porque, aunque la inflación se siga reduciendo, y las empresas paguen suplementos para compensarla o aumenten los salarios, la gente se muestra desconfiada.
Y, en segundo lugar, la gran discusión sobre la inmigración figura entre los primeros temas del estudio. En lo tocante a la inmigración, sobresalen dos temores: el de que el Estado se vea superado por la cantidad de inmigrantes y que la llegada de extranjeros provoque tensiones. Un temor que ocupa el cuarto puesto en la lista.
En el tercer lugar de la lista figura el miedo a que la vivienda se vuelva impagable en Alemania. El miedo a las alzas tributarias o a la reducción de prestaciones, y el temor a que se deteriore la situación económica figuran también entre las primeras angustias de los alemanes.
Alemania ha bajado al puesto 21 a nivel mundial en cuanto al PIB, depurado de la inflación, de acuerdo con las más recientes Perspectivas de la Economía Mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los temores a las estrecheces económicas y a la inmigración se mantienen, pero crece el temor al terrorismo y al extremismo político. Sobre todo, el terrorismo islámico asusta a los alemanes, seguido de cerca por el extremismo de izquierda o de derecha.
En este caso se puede aludir a un segundo estudio desarrollado por la Fundación Konrad Adenauer que utiliza una encuesta representativa para investigar tres cuestiones: ¿Hasta qué punto están extendidas las actitudes que pertenecen al extremismo general o a la ideología extremista de izquierdas o de derechas? ¿Cuántas personas apoyan ideas de varios extremismos? ¿En qué medida las actitudes próximas a un extremismo se dan junto con otras actitudes (como la confianza en las instituciones, el antisionismo y la teoría de la conspiración)?
La preocupación del estudio es ver cómo el apoyo a ideas antidemocráticas y extremistas amenaza la democracia. Además de las personas que están plenamente convencidas de una visión extremista del mundo, también hay que prestar atención a quienes comparten ideas y aspectos individuales de una ideología extremista.
Los resultados muestran algunos datos de interés: solo una minoría está de acuerdo con las afirmaciones planteadas sobre el extremismo en general, el extremismo de derechas y el extremismo de izquierdas.
Son las afirmaciones de dimensión utópica las que reciben más aprobación como: «Solo si superamos la sociedad actual será posible una vida verdaderamente buena».
Aunque las afirmaciones del ámbito de la ideología de extrema derecha apenas cuentan con apoyo; la mayor parte de la gente está de acuerdo con la dimensión de la xenofobia: «La sociedad alemana está siendo infiltrada por los musulmanes».
Las actitudes afines al extremismo de izquierdas tienden a estar más extendidas que las actitudes afines al extremismo de derechas.
Las dimensiones del anticapitalismo y el antiimperialismo reciben en ambos casos un cierto grado de aprobación: «Los ricos explotan a los pobres».
Ambos estudios recientes manifiestan otro miedo de los ciudadanos alemanes, el temor a que los políticos no den la talla. La mitad de las personas creen que los políticos ya no están en condiciones de resolver nuestros problemas y que o bien están corrompidos o bien se ven sobrepasados y son incapaces.
Otra alta preocupación es el miedo a la extensión de una gran guerra que en Alemania se centra en la cercanía de Ucrania y de Rusia.
En realidad, no distan mucho las preocupaciones de los alemanes de las nuestras, aunque ahora en España la espesa corrupción del gobierno se ha convertido en nuestra primera preocupación. Algo que no nos permite ver el bosque.