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Tercer Foro Parlamentario Transatlántico

Tercer Foro Parlamentario TransatlánticoEl Debate

Tercer Foro Parlamentario Transatlántico: una voz unánime por la libertad de Cuba

La jornada estuvo marcada por una serie de testimonios, intervenciones contundentes y una llamada urgente a la acción

Bruselas fue escenario este miércoles de un evento trascendental para la lucha por la libertad en Cuba. En la Sala 1.H.1 Spinelli del Parlamento Europeo, se celebró el Tercer Foro Parlamentario Transatlántico, un encuentro de alto nivel que reunió a políticos, activistas y defensores de los derechos humanos de diversas partes del mundo, todos unidos por un mismo propósito: la liberación de Cuba del yugo de la dictadura castrista.

La jornada estuvo marcada por una serie de testimonios, intervenciones contundentes y una llamada urgente a la acción. Convocados por Rosa María Payá, activista cubana y líder del movimiento Cuba Decide, asistieron los eurodiputados Carlo Fidanza, del ECR, Juan Salafranca, del EPP, y Hermann Tertsch, de Patriots, quienes se comprometieron a seguir luchando por la libertad de la isla. Estuvieron también del EPP el español Millán Mon, del grupo ECR los italianos Torselli, Vivaldini y Ciriani, y el polaco Mularczyk. Online, participaron los senadores estadounidenses Marco Rubio y Ted Cruz.

Testimonios de resistencia: voces de la represión cubana

Uno de los momentos más conmovedores de la jornada fue la intervención de Angélica Garrido, activista cubana que ha sufrido en carne propia las torturas del régimen. Encarcelada por liderar protestas pacíficas en su pueblo pidiendo libertad y cambio de sistema, relató las atrocidades que vivió en las cárceles cubanas. Su historia, marcada por la tortura física y psicológica, las humillaciones y la represión extrema, fue un grito en favor de la justicia para los presos políticos cubanos.

«Levantar la voz contra la dictadura puede costar la vida, pero no me arrepiento», dijo Garrido, quien describió su experiencia en la cárcel y cómo su hermana fue sentenciada a siete años de prisión solo por caminar junto a ella. Un claro recordatorio de la barbarie que enfrentan aquellos que se atreven a desafiar al régimen cubano.

Europa frente a la ambigüedad: ¿Hasta cuándo callará la UE?

A lo largo del Foro, se hizo un llamado a la Unión Europea para que deje de ser cómplice de la represión castrista. Varias intervenciones denunciaron la tibieza y la falta de acción por parte de Europa, especialmente después de que la UE firmara el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación con Cuba en 2016, que no ha sido respetado por el régimen.

Como recordó Hermann Tertsch, la complicidad de la UE con el régimen cubano es inadmisible si además se toma en cuenta la colaboración del régimen cubano con Hezbolá, Hamás, desde 2005, y con Vladimir Putin, actores que han permitido que el régimen de Miguel Díaz-Canel se mantenga en pie a través de alianzas internacionales y de su participación activa en actividades terroristas.

Rocío Monasterio, exdiputada española de ascendencia cubana, fue tajante al afirmar que «Europa no puede mantenerse en la ambigüedad. Cuba ha sido crucial en el advenimiento de otras dictaduras como las de Venezuela, Bolivia, Nicaragua. Hay que declarar a Cuba estado terrorista. Si no condenamos a Cuba, estamos apoyando a Putin, China, e Irán».

Un diputado lituano subrayó que su país fue el único en no ratificar una resolución que apoyaba a Cuba hasta que se respetaran los derechos humanos, lo que evidenció una postura firme frente a la UE y a su complicidad tácita con el régimen cubano. Antonio López-Istúriz (EPP) instó a la activación de la cláusula democrática en la relación UE-Cuba, señalando que «desde nuestros Parlamentos debemos impulsar el cambio democrático».

En una intervención particularmente fuerte, Juan Salafranca, eurodiputado español, destacó la alarmante situación económica y social de Cuba, con un 85 % de pobreza, servicios públicos colapsados, y una situación insostenible para la mayoría de los cubanos. «Cuba no solo es una dictadura, es un estado fallido», afirmó Salafranca, mientras Javier Arrondo, de Prisoners Defenders, citaba cifras espeluznantes de la represión: 1117 prisioneros políticos actualmente en las cárceles cubanas, muchos de ellos niños y mujeres, y más de 320 feminicidios reportados.

Una comunidad internacional comprometida con la libertad de Cuba

El testimonio de la activista Anabel Ferrer, hermana de José Daniel Ferrer, quien se encuentra en prisión en condiciones extremas, y de Fernando Iglesias, diputado argentino y crítico feroz de la relación de su país con el régimen cubano, sirvieron como recordatorio de la conexión profunda entre las dictaduras de Hispanoamérica y la represión cubana. Iglesias subrayó que «Cuba no es solo un problema cubano, sino una tragedia regional».

José Manuel Ormaechea, diputado boliviano, recordó cómo Bolivia ha caído bajo la influencia de Cuba, describiendo el país como «una colonia de Cuba». «El régimen de Evo Morales se ha convertido en un vasallo de la dictadura cubana», denunció mientras hacía un llamado urgente a que las democracias del continente tomen una posición firme.

El compromiso inquebrantable de Rosa María Payá

La sesión terminó con la lectura de la Declaración de Bruselas por la libertad de Cuba, la liberación de los presos políticos, la convocatoria de elecciones generales y la existencia de diferentes partidos políticos en la isla. Una joven y experimentada Rosa María Payá agradeció a todos los presentes su apoyo y destacó que sólo a través de la presión internacional se puede lograr una transición democrática en la isla.

«El pueblo cubano se ve reflejado en el pueblo polaco, en el pueblo lituano, en el pueblo de Europa. Todos luchamos por la misma causa, por la libertad», agregó Payá, instando a la comunidad internacional a «apoyar el cambio político en la isla» y a actuar para garantizar que «la dictadura de Cuba caiga de una vez por todas». La comunidad internacional y especialmente la UE no pueden permitirse seguir siendo cómplices de la represión. Citando a su padre, Oswaldo Payá, comentó que «los derechos humanos no tienen color».

La jornada ha mostrado que el apoyo a Cuba es una cuestión transversal que puede unir a todos los actores políticos, sin importar su ideología, para exigir la libertad del pueblo cubano.

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